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LOS DE SU «CLASE» FUMAN MARIHUANA

Diario: El Mundo

Fecha: 20/01/2002

Palabras clave: Marihuana, Principe Harry, Adolescente

Tema: Cannabis

LOS DE SU «CLASE» FUMAN MARIHUANA

IRENE H. VELASCO. Londres

Son lo más granado de la juventud británica. Pertenecen a algunas de las más distinguidas familias del país y poseen todo lo que el dinero puede comprar. Estudian en los colegios más selectos, juegan al polo, salen de caza, bailan en las discotecas de moda y se desmelenan en sus exclusivísimas fiestas privadas. Porque el príncipe Harry, el hijo pequeño de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales, no es el único adolescente británico de alta cuna que ha coqueteado con el alcohol y con la marihuana. De hecho, muchos de los jóvenes gentleman y de las encantadoras ladies que forman parte de su estrecho círculo de amistades han tenido sus más y sus menos con las drogas.
El propio Guy Pelly, el chaval que supuestamente puso en manos de Harry su primer canuto, tiene un árbol genealógico repleto de antepasados distinguidos: su abuela era miembro de una de las más acaudaladas dinastías del país, los Tate & Lyle, quienes durante el siglo XIX lograron amasar una inmensa fortuna gracias al comercio del azúcar. Sin embargo, a sus 19 años, el más joven representante de tan alto linaje ha tenido ya más de un devaneo con la botella. Hay quien aseguran que su expediente judicial se ha visto mancillado con una condena por conducir borracho.
Aún así, y en comparación con el currículo que arrastran algunos otros de los más renombrados jóvenes británicos, lo suyo no es nada. Ahí está el honorable Nicholas Knatchbull, ahijado del príncipe de Gales y tutor del príncipe Guillermo durante su estancia en Eton. El verano pasado el joven ingresó en una exclusivísima clínica de desintoxicación en Surrey para curarse de su adicción a las drogas: 2.000 libras (3.200 euros, 531.000 pesetas) pagaron Lord y Lady Romsey, por cada semana que permaneció allí.
Los problemas de Knatchbull con las drogas se remontan al año 2000, cuando unos agentes dieron el alto al joven por conducir a más velocidad de la permitida y encontraron en su coche cannabis y pastillas de éxtasis. Se salvó porque una chica de 16 años que iba con él aseguró que la droga era suya.. Meses después, en una fiesta cerca de Eton, Knatchbull fue arrestado nuevamente con marihuana.
La perdición de Tom Parker Bowles, de 25 años e hijo de Camilla, la compañera sentimental del príncipe Carlos, es la cocaína.Tom, uno de los más íntimos amigos de los príncipes Guillermo y Harry, ya fue detenido en 1995 por posesión de marihuana y éxtasis. Desde entonces, se le ha visto varias veces esnifando cocaína en algunas de las discotecas a las que acudía en compañía del príncipe William. El príncipe Carlos se vio obligado a intervenir, prohibiendo a Tom acercarse a sus hijos hasta que abandonara el vicio.
Emma Parker Bowles, prima de Tom, también ha tenido sus devaneos con las drogas y la botella. Tanto es así que en el año 2000 ingresó en una clínica de rehabilitación de Arizona.
Lord Frederick Windor, de 22 años y primo de los príncipes William y Harry, también ha tenido contacto con la cocaína. «Es muy difícil evitar caer en este tipo de cosas cuando te mueves en estos círculos», indicaba poco después de que en 1999 se hiciera pública su dependencia.
Y los adolescentes británicos de rancio abolengo no son los únicos que coquetean con el alcohol y las drogas. Dicen las encuestas que el 56% de los jóvenes británicos de 15 y 16 años admite haber bebido al menos cinco copas en una sola velada el mes pasado.Tres de cada 20 chavales de entre 16 y 24 años son alcohólicos.Entre el 30 y el 40% de los adolescentes de 15 a 16 años ha fumado marihuana.
Hasta la reina Victoria le daba a la cocaína (aunque por motivos medicinales). Y, con 14 años, el hoy tan serio príncipe Carlos se escapó con unos amigos, se metió en un pub y se bebió un copazo de coñac. Ya ven.
DONDE: En los «alrededores» del Palacio de Buckinham.
CUANDO: La pasada semana.
POR QUÉ: Numerosos de sus amigos nobles y familiares de su edad han tenido problemas con el alcohol y las drogas.

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