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Subirá el precio del tabaco y será excluido del IPC

Diario: El Mundo

Fecha: 31/05/2002

Palabras clave: Fumar, Consumidores, Sociedad

Tema: Publicidad

El Plan de Sanidad prevé la supresión de las máquinas expendedoras - Celia Villalobos asegura que el Ministerio estudia la posibilidad de financiar tratamientos, como los parches y pastillas antinicotina
Antes de fin de año Sanidad prohibirá fumar en empresas, restaurantes y hoteles

Subirá el precio del tabaco y será excluido del IPC

RAFAEL J. ALVAREZ

MADRID. Fumar en sociedad será más difícil en 2003, el inicio de una España con menos humos y más consumidores acorralados.El Gobierno ultima el Plan Nacional de Prevención del Tabaquismo, un puñado de propuestas que acotará espacios para fumadores en empresas u hoteles, prohibirá el consumo en casi cualquier recinto excepto el propio domicilio, acabará con las máquinas expendedoras, abolirá la publicidad y encarecerá la adicción de uno de cada tres españoles.
El tabaco fue el factor determinante aunque no único de la muerte de 55.163 personas el año pasado, según datos oficiales.
La ministra de Sanidad, Celia Villalobos, aprovechó ayer la entrega de unos premios escolares en la víspera del Día Mundial del Tabaco para anunciar que el plan será presentado en julio a las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial, con la intención de que durante este año se pueda desarrollar, financiación de los propios gobiernos regionales y otros ministerios incluida.
El documento pretende estrujar fiscalmente al tabaco, arrinconar a los fumadores, fomentar el no consumo como virtud social y alterar algunas cifras, como la del aumento de fumadoras (eran un 23% de la población en 1987 y son un 27% ahora) y de jóvenes y la de la edad media de inicio al hábito, poco más de los 13 años hoy. Una «sociedad libre de tabaco», en palabras del extenso trabajo de Sanidad.
Si el plan pasa el debate autonómico y supera las alegaciones de los 84 colectivos y sociedades científicas consultadas hasta ahora, irá al Consejo de Ministros. Tras ese paso, a finales de 2002 subirá el precio del tabaco, que será excluido del Indice de Precios al Consumo (IPC) y sufrirá mayores presiones fiscales.
Menores
En el profundo saco de las prohibiciones, el proyecto del Gobierno contempla el fin de la publicidad del tabaco y del patrocinio de sus productos. Nadie podrá vender en España un paquete de cigarrillos a un menor de 18 años, salvo que juguetee con la posibilidad de una multa, una posibilidad que existe, pero no se aplica: un estudio de la Consejería de Sanidad de Murcia señala que los jóvenes «no tienen ninguna dificultad para acceder al consumo, ya que la mitad de quienes han fumado dicen conseguir el tabaco en bares y estancos».
Tampoco estará permitida la venta de cigarrillos sueltos, una práctica muy extendida en los puestos callejeros, el alivio urgente de adictos con economías estrechas.
Una de las medidas más directas es la «supresión» de las máquinas expendedoras de tabaco en cualquier centro público o privado, una vieja y rentable fuente de ingresos para las empresas tabaqueras, que encontraron en estos artilugios una fórmula para acercar su producto al cliente sin horarios comerciales de por medio.
El texto de Sanidad habla literalmente de los centros docentes, sanitarios, públicos y de ocio, como «espacios libres de humos», es decir, lugares vetados al consumo. El trabajo invierte muchas páginas en el humo, el elemento más visible del tabaquismo pasivo.Las intenciones gubernamentales son incluir el humo ambiental del tabaco en el listado de sustancias nocivas ambientales. El departamento de Villalobos quiere promover una norma comunitaria que clasifique ese humo ambiental como «agente carcinógeno del lugar de trabajo».
El plan señala que no existe nivel seguro de exposición al humo, por lo que «no se aceptarán las estrategias de regulación de ventilación o diseño de espacios que se alegan para evitar el tabaquismo pasivo».
Sanidad quiere que las administraciones central y autonómicas se impliquen en campañas de información a la población sobre el «derecho a respirar aire no contaminado por el humo del tabaco».
Asimismo, se cuenta que los espacios sin humo para empleados y clientes se incorporen a los criterios de calidad de una empresa.
Entre las 42 páginas del trabajo, el Ministerio que dirige Celia Villalobos justifica la intención de que cualquier acto público que se celebre en un recinto cerrado sea declarado espacio sin humo.
Aunque el plan no lo señala de forma tajante, Sanidad está estudiando la posibilidad de financiar, o cofinanciar con las comunidades autónomas, los fármacos y tratamientos que se hayan demostrado eficaces destinados a abandonar la adicción al tabaco, los parches y las pastillas antinicotina, por ejemplo.
La propia Celia Villalobos confesó ayer que su proceso de deshabituación a las tres cajetillas diarias que llegó a fumar se produjo «a las bravas», sin protocolo médico.
Una de las tácticas reconocidas en el plan de Sanidad habla de favorecer el «sentido crítico» de la población. Se trata de «desvelar las estrategias de la industria tabaquera tendentes a aumentar la aceptabilidad social del tabaco (minimizar los riesgos del tabaquismo pasivo, presentar como intolerantes a los no fumadores...)».

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