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Artículos de prensa

Si fumas, déjalo antes de los 40

Diario: ABC

Fecha: 27/01/2013

Palabras clave: Fumar, abandono del tabaco, salud

Tema: Publicidad

Las personas que dejan de fumar antes de cumplir los 40 años podrían vivir el mismo tiempo que las que nunca has consumido tabaco, tal y como evidencia una investigación realizada por la Universidad de Toronto (Canadá). Este estudio, que ha sido publicado en la revista The New England Journal of Medicine y obtenido a través de datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud de Estados Unidos, demuestra que si se abandona el hábito antes de llegar a esa edad «se recuperan casi todos los años que iban a perderse». No obstante, los expertos dejan claro que fumar «reduce, por lo menos, diez años la vida de una persona».


El coordinador de la investigación, Prabhat Jha, sostiene que este hallazgo «no quiere decir que sea seguro fumar hasta los 40 años». De hecho, subraya que los exfumadores «tienen un riesgo mayor de morir que las personas que nunca han fumado». Sin embargo, el especialista destaca que el riesgo «es pequeño en comparación con el que tienen aquellos que continúan fumando» pasada la cuarta década de vida.

Años recuperados

Así lo señala tras constatar que las personas que abandonan el tabaco en una edad comprendida entre los 35 y los 44 años «deja de perder nueve años de vida», dato que se reduce a seis y cuatro años en los que los dejan «entre los 45 y 54 años y entre los 55 y 64 años», respectivamente.


Por otra parte, el economista de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y ganador del Premio Nobel de Economía, el profesor Amartya Sen, manifiesta al respecto de estos datos que el hecho de que no se abandone el tabaco en los países más pobres se debe «a la incapacidad para desarrollar una política pública adecuada sobre el tabaquismo». Por contra, en los occidentales «fuerte control del tabaco».


En este sentido, Jha expone que las tasas de tabaquismo en los Estados Unidos, China e India «se reduciría mucho más rápido si sus Gobiernos impusieran impuestos altos sobre el tabaco, como se ha visto en Canadá y Francia». A su juicio, ésta «es la medida más eficaz para conseguir que los adultos dejen de fumar y para evitar que los niños empiecen a ello».