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La droga reduce a un 20% las personas que se reinsertan tras salir de la cárcel

Diario: Diario de Noticias

Fecha: 20/01/2002

Palabras clave: Droga, Cárcel, Reinserción Social

Tema: Drogas

La droga reduce a un 20% las personas que se reinsertan tras salir de la cárcel
Quienes abandonan la prisión pueden entrar en un círculo vicioso si no cuentan con la familia o asociaciones

EUROPA PRESS - Pamplona

Actualmente hay 170 presos en Pamplona, y las estadísticas dicen que sólo el 20% de la población reclusa consigue reinsertarse en la sociedad cuando sale de la cárcel. El otro 80% acaba recayendo en las drogas o delinquiendo y vuelve irremisiblemente a prisión a cumplir otra condena.

Quienes abandonan la prisión pueden entrar en un círculo vicioso difícil de romper si no se cuenta con una gran fuerza de voluntad, la ayuda de la familia o de una asociación u ONG, por citar algunas ayudas. Hay iniciativas como Proyecto Hombre o Gaztelán, entre otras, que trabajan en la reinserción social de estas personas.

Desde la cárcel hay educadores que opinan y se quejan de que existe un verdadero "problema real de falta de programas después de la prisión". "La única solución sería una red de apoyo real, pero la Administración no hace ningún esfuerzo porque ayudar a los presos no da votos".

En Pamplona, por ejemplo, los Servicios Sociales Penitenciarios orientan, ayudan económicamente y gestionan puestos de trabajo a las personas que se encuentran en libertad condicional. En estos momentos, 268 personas se benefician de la asistencia de este servicio.

A pesar de estos apoyos, no son mayoría quienes consiguen empezar una nueva vida después de la cárcel; ello se debe, en parte, a que el 80% de los internos, según los datos facilitados por el Centro Penitenciario de Pamplona, ha ingresado en la cárcel por delitos relacionados directa o indirectamente con las drogas.

Loreto García, subdirectora de la prisión de Pamplona, explicó que "en la cárcel sí hay droga, pero porque los presos la meten cuando llegan de permiso o en los ¡bis a bis!, y no podemos incautársela sin dañar su intimidad o derechos".

"Me gusta tomar droga y no pienso dejarlo"

Pitus, apodo con el que ha pedido que se le nombre, tiene 24 años. Fue detenido por traficar con éxtasis y cocaína en diversas discotecas de Pamplona. Un juez le condenó a tres años de cárcel. Le quedan cinco meses para salir a la calle.

"Cuando me detuvieron tenía 17 años y estaba trabajando en una empresa, entré en Proyecto Hombre para limpiarme de toda la droga que consumía, pero no conseguí acabar el plan. Cuatro años después tuvo lugar el juicio y me metieron en la cárcel. No me ofrecieron siquiera la posibilidad de cambiar la cárcel por entrar a un centro de desintoxicación", dice.

"Ahora estoy en régimen de tercer grado, pero no salgo a la calle cuando debería por ley, sino cuando a los funcionarios les apetece. Debería estar con la condicional desde hace tres meses, pero no me la quieren dar. En la junta opinan de mí y no saben casi ni quién soy, los psicólogos de la cárcel se ponen a hablar de mí y sólo me ven unos minutos cada dos semanas", declara. Según una educadora del centro penitenciario, a Pitus se le concedió hace 7 meses el tercer grado y salió a la calle cuando le correspondía, pero dio más de tres positivos en los controles de droga.

"Me gusta irme de marcha y meterme algo de droga los fines de semana pero, a pesar de lo que opinan los educadores, no me considero estar metido dentro de ese mundo -continúa- y no me he planteado dejarlo porque me gusta. Yo no hago mal a nadie, me meto lo que me apetece y ya está".

"No tengo miedo de salir a la calle, me costará asimilarlo, pero me veo capaz de retomar una nueva vida fuera. Los vecinos del barrio, después de tanto tiempo sin verme, me mirarán mal y comentarán a las espaldas, pero yo no les haré caso. Antes vivía con mi familia, pero cuando salga me pillaré un piso compartido", concluye este preso.