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Artículos de prensa

Paralizado el tráfico de personas y hachís en el Estrecho

Diario: El Mundo

Fecha: 19/07/2002

Palabras clave: Hachís, Estrecho, Narcotráfico, Perejil.

Tema: Narcotráfico

Paralizado el tráfico de personas y hachís en el Estrecho

«Estamos esperando a que pase la tormenta», dice un narcotraficante en una conversación intervenida por la policía

JOSE CARLOS VILLANUEVA / Enviado especial

BEL YOUNECH (MARRUECOS).- «Estamos esperando a que pase la tormenta».La frase, pronunciada por un destacado narcotraficante ceutí (de origen marroquí) cuyo teléfono móvil está intervenido por la policía española, describe muy bien el estado de paralización en el que se encuentran las redes dedicadas al tráfico de hachís entre la costa norte de Marruecos y la península, debido al conflicto de la isla Perejil.


Desde que el pasado 11 de julio Marruecos alteró el statu quo del pequeño islote no se mueve un solo fardo de hachís en el Estrecho de Gibraltar. Los narcos no son los únicos afectados, ya que, las mafias dedicadas al tráfico de inmigrantes en pateras también se encuentran en horas bajas. Prueba de ello era el aspecto que ofrecía ayer la playa del pequeño pueblo de Bel Younech, próxima a Punta Leona, sembrada de pateras vacías a la espera de ser utilizadas.

En esta aldea, situada justo enfrente del islote Perejil , los signos externos de sus habitantes, dedicados al tráfico de hachís y la inmigración ilegal, son más que aparentes.

Cuando uno recorre en taxi las angostas calles, la mayoría de los vehículos que se pueden ver son coches todoterreno, dedicados a portear la droga desde los puntos donde se encuentra oculta hasta la orilla para que las lanchas planeadoras -que aguardan atracadas en puntos como Ceuta o Cabo Negro (Marruecos)- se sitúen en el punto acordado de la playa y para que los gayumberos (porteadores de fardos) carguen las embarcaciones con destino a algún punto de la Costa del Sol.

Nadie pensaría que los habitantes de esta zona sufren la mísera vida de muchos de sus compatriotas. No hay más que ver las casas de los lugareños de este próspero enclave del contrabando de droga y personas.

Pero ahora toda esta actividad ilegal es nula y eso se nota hasta en la vida nocturna de Ceuta entre semana. Durante la madrugada del jueves, pequeños grupos de jóvenes vinculados a clanes de tráfico de hachís poblaban las terrazas y las discotecas ceutíes con sus lujosos coches aparcados a la puerta y cargados de cadenas de oro.

Fuentes de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera coincidieron a la hora de valorar el estado de preocupación en el que viven estos días los traficantes, quienes, en las conversaciones telefónicas intervenidas, ya comienzan a pensar en otras rutas marítimas, alejadas de la zona de la isla Perejil, como lugar de embarque de la droga, así como en las provincias de Almería, Cádiz o Huelva, menos controladas que el litoral del Campo de Gibraltar y la costa malagueña. El principal obstáculo con el que se encuentran es que deberán pagar un canon a las mafias que operan en dichos puntos.

Si uno se da una vuelta por el puerto deportivo de Ceuta comprobará que las planeadoras utilizadas por los clanes del narcotráfico permanecen toda la noche amarradas, cuando normalmente su actividad es frenética.