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AFGANISTAN-DROGAS La droga tuvo su mercado durante el régimen talibán

Diario: Agencia EFE

Fecha: 12/01/2002

Palabras clave: Drogas, Afganistán, Adictos, Oferta

Tema: Cocaína

AFGANISTAN-DROGAS La droga tuvo su mercado durante el régimen talibán por Miguel F. Rovira Kabul.- La droga en las calles de Kabul está hoy tan al alcance de la mano como lo estuvo durante el régimen talibán que, muy estricto con los afganos corrientes, permitió la corrupción en sus rangos policiales.
Al menos 30.000 de los cerca de tres millones de afganos adictos a las drogas residen en Kabul, donde la oferta no ha caído durante las ultimas cinco décadas, ni siquiera en las peores etapas de los más de veinte años de guerra civil, o los cinco que los talibanes gobernaron.
Jaled, de 65 años, es un veterano de la legión de adictos al "hachís", o lo que aquí denominan "chars", droga que fuma sin interrupción desde hace medio siglo.
"En Kabul siempre ha sido muy sencillo comprar chars, y ahora cuando ya soy viejo mucho más porque conozco los lugares donde buscarla", explica el incorregible Jaled sentado sobre la alfombra roja de su gélida y modesta casa.
Jaled fue mecánico hasta 1983, cuando lo despidieron del taller por "fumar hachís a todas horas", recuerda en presencia de su hijo mayor, quien ha renunciado ya por completo a la tarea de intentar liberar a su padre de la adicción.
"En algunos hospitales acogen a personas como mi padre, pero he visto que después de darles muchas medicinas salen locos", explica Ali, empleado de una zapatería en la que Jaled, ocasionalmente, trabaja de recadero o porteador de bultos.
La droga de mayor demanda en Kabul continua siendo el "chars", aunque desde hace una década crece la cifra de capitalinos que fuman opio, resina que no falta en Afganistán, o su derivado, la heroína.
"Hay muchos niños, algunos de diez años, que fuman heroína", asegura Jaled, individuo enjuto y de aspecto aseado.
El Programa Internacional de Naciones Unidas para el Control de Drogas (UNDCP) calculó que en 1999 Afganistán produjo 4.581 toneladas métricas de opio, al año siguiente 3.276, y en 2001 la producción bajó hasta las 185 debido a la prohibición dictada por el régimen talibán poco antes de cumplir sus cinco años en el poder.
Durante la era talibán, los adictos de Kabul, ciudad en la que residen cerca de 1,2 millones de personas, dejaron de frecuentar los parques y otros lugares en los que sabían que podían encontrar su droga predilecta.
"Con los talibanes era más peligroso comprar droga, la gente les tenía miedo, pero pillaban a pocos", explica un hombre de mediana edad, que dice llamarse Abdul y admite ser traficante.
Abdul, sentado tras el volante de su bien cuidado automóvil japonés, viste cazadora marrón de cuero, pantalones negros, y se cubre la cabeza con un gorro alargado, como los que portan muchos afganos respetables.
Antes del régimen talibán, Abdul vendía cien gramos de "chars" por unos 25.000 afganis (cerca de un dólar), ahora esa misma cantidad la despacha por el doble, mientras que una dosis de heroína, cantidad para cargar de dos a tres cigarrillos, la pasa por 10.000 afganis.
"El precio del chars sube, pero el de la heroína baja", señala Abdul sin dar explicaciones sobre las causas de esa variación de los precios. El traficante confeso asegura que la policía talibán, dependiente del desaparecido ministerio para la Promoción de la Virtud y Erradicación del Vicio, no era mucho más "virtuosa" que las fuerzas del orden que la precedieron, y que al igual que éstas, también tenían su parte en el negocio.
"Con sobornos a la policía de medio millón a un millón de afganis era posible evitar ir a la cárcel, y además los talibanes fumaban droga en secreto", asevera Abdul, quien recibe la mayor parte de ésta de la provincia de Nangahar, al este de Afganistan.
"La de mejor calidad es la del norte, de Kunduz y de Tajar", precisa el traficante.