Diario: La Vanguardia
Fecha: 15/01/2002
Palabras clave: Drogas, Menores, Familia, Delincuencia
Tema: Drogas
La falta de familia suple a las drogas como causa de los delitos de menores
En el primer año de uso de la ley del Menor, que se cumplió ayer, se han abierto en Barcelona 11.315 diligencias, 31 cada día
IGNACIO DE OROVIO
BARCELONA. - Los menores que en Barcelona caen en la delincuencia son en su mayor parte jóvenes con escasa o inexistente atención familiar y no, como ha ocurrido tradicionalmente, chavales con problemas con las drogas, según pone de manifiesto un balance provisional efectuado por la Fiscalía de Menores de Barcelona.
Ésta cumplió ayer su primer año como responsable de la instrucción de los casos de menores, tal como le otorga la nueva ley del Menor, que entró en vigor el 13 de enero del 2001 y desde entonces se han abierto en la provincia de Barcelona 11.315 diligencias, 31 diarias, que han generado unos 4.500 expedientes. A eso hay que sumar las 6.000 sentencias contra jóvenes y que con la nueva ley debieron adaptarse.
En la Fiscalía de Menores ha llamado la atención en este año de funcionamiento que son relativamente "pocos" los menores con problemas judiciales que están "enganchados" a alguna clase de droga, aunque es frecuente, en los análisis que se les practican, descubrir que son consumidores de hachís o pastillas, básicamente en fin de semana.
Aunque la fiscalía carece todavía de cifras concretas, un "elevado" número de los casos que han entrado en sus despachos a lo largo de los últimos 365 días tienen como responsable a menores de origen magrebí, sin familia en España, si bien la "mayoría" de los 4.500 expedientes son de jóvenes españoles.
En los últimos meses se ha detectado la repetición de una tercera nacionalidad: los rumanos. A la fiscalía han llegado menores de esta nacionalidad acusados, básicamente, de robos en pisos.
En el caso de los menores magrebís, protestan en fiscalía, se han llegado a dar hasta sesenta detenciones -dos de ellas con tres horas de diferencia- de un mismo chico. Los menores de 14 años pasan directamente a las manos de la dirección general de Atenció al Menor, que los lleva a sus centros; éstos son de régimen abierto, con lo que la mayoría sale tan rápido como entra y vuelve a la calle. Aunque se ha reformado la normativa para hacer dichos centros menos permeables, las medidas efectivas todavía no se han tomado.
Además, los centros de régimen cerrado están "prácticamente saturados" con los jóvenes que han comenzado a ser juzgados -y condenados- con la nueva ley; el número, lógicamente, crecerá en el futuro.Aunque en medios materiales Cataluña es de las comunidades mejor dotadas, fiscalía encuentra a faltar un centro terapéutico para jóvenes con problemas mentales. La ley lo exige, pero no existe, con lo que los centros convencionales deben albergar menores con problemas mentales que en ocasiones pueden distorsionar su funcionamiento. Otra de las carencias es de forense -hoy hay dos de "refuerzo", pero no titular- y secretario.
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