Diario: El Mundo
Fecha: 31/03/2002
Palabras clave: Porros, Agente, Suspensión, Londres
Tema: Cannabis
El agente que no 'veía' los porros
La comunidad gay de Londres critica la suspensión de un jefe policial acusado por un ex novio de haber fumado 'canutos'
IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal
LONDRES. La hoja de servicios del comandante Brian Paddick, de 43 años, es sin duda impresionante. Desde que, en febrero del año pasado, este agente se convirtiera en jefe de la Policía de Lambeth, uno de los distritos londinenses más castigados por la droga y la violencia, los atracos en la zona se han reducido en más de un 40% y los robos en viviendas han caído un 8%.
Sin embargo, y a pesar de su brillante trayectoria profesional, los superiores de Paddick decidieron la semana pasada apartar al comandante de su cargo. ¿Por qué? Porque Paddick, a la sazón el agente declaradamente gay de más alto rango del Reino Unido, ha sido acusado por un ex novio de fumar canutos.
De nada ha servido que el interesado haya negado tal extremo.Poco ha importado que el ex novio haya lanzado su envenenada acusación desde las páginas de un periódico, The Mail on Sunday, que le ha pagado unos 160.000 euros a cambio de su jugoso testimonio.
En lo que, según denuncian las asociaciones gays británicas, es un caso claro de discriminación por orientación sexual, la Policía Metropolitana ha decidido abrir una investigación al comandante Paddick y apartarle temporalmente de su cargo.
La decisión de los mandos ha despertado también una amplia corriente de apoyo al represaliado agente. El miércoles pasado, unas 400 personas se manifestaron en Londres para pedir la reincorporación del policía.
«Claramente, la gente de Lambeth cree que yo soy el hombre adecuado para dirigir la policía de este distrito. Parece ser que se me apoya a lo largo y ancho del país», subrayó Paddick en la citada concentración.
Lo cierto es que hacía ya tiempo que los sectores más homófobos de la Policía Metropolitana se la tenían jurada a Paddick. Desde que el policía se hizo con las riendas del distrito de Lambeth, varios de sus colegas se han dejado la piel tratando de desprestigiarle.
Pocos días después de tomar posesión de su nuevo cargo, un agente se puso en contacto con la prensa para denunciar que el nuevo jefe del distrito «visitaba bares gays», como si eso fuera un delito. En mayo, otro policía filtró a varios periodistas que Paddick se encontraba de vacaciones en una «colonia nudista de Ibiza», cuando en realidad ni siquiera había salido de Londres.
Paddick, por su parte, siempre ha hecho caso omiso de los rumores, concentrándose en su trabajo. Fue él quien decidió que, a pesar de que en Gran Bretaña el consumo de marihuana está penalizado, era absurdo que la policía perdiera el tiempo deteniendo a los fumadores de porros en vez de ocuparse de asuntos de mayor importancia.
Así, en un innovador y polémico ensayo, Paddick dio órdenes a sus agentes de que se limitaran a recriminar verbalmente a los fumadores de hachís, dejando las detenciones para los traficantes, los ladrones y demás calaña.
El experimento resultó un éxito. Desde su puesta en marcha, los niveles de criminalidad en Lambeth se ha reducido considerablemente, al tiempo que aumentaban las detenciones de traficantes de droga.
Y aunque buena parte de la prensa, empezando por el Daily Mail, salió criticando el mensaje de tolerancia hacía el cannabis que, en su opinión, se lanzaba mediante esa campaña, lo cierto es que el 80% de los vecinos de Lambeth declara apoyar la iniciativa puesta en marcha por Paddick.
Pero los éxitos profesionales cosechados por este policía nunca han servido para evitar los ataques contra su persona. Hace un mes, sin ir más lejos, a Paddick se le ocurrió proclamar en un chat en Internet que era anarquista. Al día siguiente, la prensa más reaccionaria se le echó encima.
Y, ya abierta la veda contra el policía, varios rotativos aprovecharon la ocasión para recordar que el agente es homosexual, que frecuenta los bares gays, que usa crema hidratante de Clinique y demás sandeces.
La puntilla, sin embargo, la puso el Mail on Sunday, al publicar una entrevista en exclusiva con James Renolleau, un francés de 36 años que durante cinco años fue pareja de Paddick, en la que aseguraba que ambos habían fumado un centenar de porros, en los cinco años que duró su relación.
Paddick jura y perjura que él jamás ha probado la marihuana.Pero aún así, y según el código disciplinario de la Policía Metropolitana, el simple hecho de que Renolleau hubiera fumado porros en la propiedad de Paddick es motivo suficiente para expedientarlo.
De momento, el caso está siendo investigado. Y, mientras se decide si Paddick es o no culpable de fumar canutos o de permitir que su pareja los fumara en su casa, el comandante ha sido apartado de su cargo.
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