Diario: Las Provincias
Fecha: 12/04/2002
Palabras clave: Coca, Alijo, Valenciano
Tema: Cocaína
Una red dirigida por un valenciano iba a distribuir 501 kilos de coca en España
La Policía interviene el alijo y detiene a ocho miembros de la organización internacional
El industrial valenciano Alfonso T. P. estaba al frente de una red de narcotraficantes que pretendía distribuir 501 kilos de cocaína de gran pureza en la Comunidad Valenciana y en otros puntos de España. La Policía Nacional ha intervenido el alijo, oculto en una furgoneta familiar, y ha capturado a ocho supuestos integrantes de la organización.
MARRAHÍ/CHECA/ESTEVE (VALENCIA)
La Policía Nacional ha detenido al industrial valenciano Alfonso T. P. y a otros siete supuestos miembros de una red que pretendía introducir 501 kilos de cocaína de gran pureza en la Comunidad Valenciana y otros puntos de España. La organización utilizaba empresas instrumentales sin actividad alguna, radicadas en Madrid y Valencia, que se dedicaban a la importación de muebles como tapadera de sus actividades ilícitas.
La investigación -desarrollada por agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado de Madrid y Valencia- se inició hace tres años. Los especialistas estaban siguiendo los pasos del empresario valenciano, quien había establecido una importante infraestructura en naves del polígono industrial de Catarroja. Bajo cobertura legal de importación de muebles rústicos intentaba introducir en España importantes cantidades de coca, y mantenía contactos con organizaciones mejicanas y colombianas.
Alfonso T. P. había tenido varios encuentros y relaciones comerciales con colombianos y méjicanos establecidos en Madrid, introducidos en el negocio de importación de muebles. Así, los agentes supieron que las empresas Solmex de Rústicos, regentada por el colombiano Oscar Webeimar S. V., y Euromex de Rústicos, cuya titularidad ostentaba el valenciano, se limitaban a almacenar muebles que jamás llegaban a ser distribuidos.
Las investigaciones posteriores determinaron que la banda utilizaba el supuesto negocio de importación de muebles desde países sudamericanos como método ideal para introducir diversas partidas de cocaína en España.
El golpe definitivo a la red se produjo a raíz del seguimiento policial en marzo de un importante envío marítimo al puerto de Valencia de 501 kilos de cocaína. La droga viajaba oculta en un doble fondo del techo y revestimiento interior de una furgoneta familiar Chevrolet, revuelta entre bolas de naftalina para disimular su olor a posibles perros rastreadores. El vehículo estaba en un contenedor cargado con menaje en Panamá y el importador era el empresario de origen gallego Antonio P. Y., que fue detenido posteriormente en Madrid.
En Catarroja y Port Saplaya
Hace una semana, la furgoneta cargada de cocaína fue trasladada a una nave industrial de Catarroja próxima a la utilizada por Alfonso T. P. para la exposición de muebles rústicos. Fue allí donde el miércoles la banda recibió el golpe de gracia, cuando se encontraban reunidos Alfonso T. P., el mejicano Alfonso Trinidad L. H., Joaquim M. E., Juan Francisco C. M. y Vicente R. G., quien portaba una pistola Llama de 9 milímetros Parabellum. Todos ellos fueron arrestados y los agentes intervinieron la cocaína, que ya estaba preparada en bolsas de deporte para su transporte.
Al mismo tiempo, la Policía capturó en la urbanización Port Saplaya de Alboraia al español José Manuel H. F., mientras que el colombiano Oscar Webeimar S. V. fue arrestado en su casa de Alcorcón (Madrid). Hoy está previsto que los miembros de la red sean puestos a disposición del juzgado número cuatro de la Audiencia Nacional.
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