Diario: El Mundo
Fecha: 12/08/2002
Palabras clave: Drogas, Prostitución, Detonantes, Desalojo
Tema: Drogas
Drogas y prostitución, detonantes del desalojo
JAVIER CARABALLO. SILVIA MORENO
SEVILLA.- El desalojo policial de los 275 inmigrantes encerrados durante dos meses en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla se precipitó por tres cuestiones: porque un pequeño grupo más radical estaba amenazando a los que querían abandonar la protesta, porque hubo nuevas incorporaciones y porque las continuas salidas de algunos encerrados al exterior estuvieron a punto de provocar altercados graves.
Fuentes policiales explicaron a EL MUNDO que la Universidad había detectado que un pequeño grupo de inmigrantes estaba saliendo del recinto universitario para comprar droga. De hecho, a tan sólo dos kilómetros del campus está el mayor foco de venta de drogas y delincuencia de Sevilla, la barriada de las Tres Mil Viviendas.
Las fuentes, que sospechan que compraban pastillas de éxtasis, quisieron dejar claro que los inmigrantes que salían para adquirir sustancias estupefacientes son una pequeña minoría, frente al grupo mayoritario de encerrados, que nunca abandonó su protesta.
De hecho, la Policía Nacional tenía preparado un dispositivo para detener a este pequeño grupo cuando saliese el exterior.Sin embargo, nunca llegó a ponerse en práctica por temor a que estas detenciones provocasen nuevos altercados entre los inmigrantes que permanecían dentro.
Las salidas al exterior no fueron solamente para comprar droga.Las citadas fuentes dijeron que unos indocumentados contactaron con unas prostitutas que ofrecen sus servicios en la carretera durante la noche.
Al principio, no hubo ningún tipo de incidente entre las prostitutas y este grupo de inmigrantes que, aprovechando sus escapadas nocturnas, contrataban los servicios que las mujeres ofrecían en la calle.Sin embargo, unos días antes del desalojo, un inmigrante se negó a pagar a la prostituta, lo que provocó que el proxeneta lo persiguiera hasta llegar al campus universitario, reclamándole la deuda. El proxeneta llegó a entrar en el recinto universitario, pero, al ver el numeroso grupo de inmigrantes optó por marcharse. En vista de todos estos altercados, la Universidad decidió poner fin al encierro.
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