Diario: La Opinión de Tenerife
Fecha: 24/08/2002
Palabras clave: Alcohol, Botellón, Policía Local, Vallas
Tema: Alcohol
La Policía Local comienza a actuar de forma contundente contra el ‘botellón’
Dos policías locales vigilan el exterior del Recinto Ferial.
Las zonas más conflictivas fueron valladas el pasado fin de semana
La Policía Local de Santa Cruz comenzó ayer a hacer efectiva la campaña contra el botellón de forma más contundente. Tras quince días de información previa, los agentes policiales empezaron en la madrugada del viernes al sábado a tomar datos de algunas de las personas que se encontraban bebiendo alcohol en la vía pública de los alrededores del Recinto Ferial.
A las 23:30 horas del viernes, dos agentes policiales vigilaban las escaleras del Recinto Ferial de la capital, zona habitual de botellón. También habían colocado varias vallas metálicas para impedir que los jóvenes accedieran a la zona para beber alcohol. Según uno de los agentes, a esas horas ya había aparecido algún que otro grupo de jóvenes que, al ver a la Policía al pie de las escaleras, habían optado por marcharse.
A las 01:30 horas, los mismos agentes habían dejado su puesto inicial y ya se podían ver grupos de personas apoyados en el muro anexo al Recinto Ferial e, incluso, tres jóvenes sentados en las escaleras, muchos de ellos con bolsas de plástico en las que se podía leer con letras azules Gracias por su compra, llenas de refrescos y alcohol.
El agente 31 y el suboficial Vera explicaron que su intención es “prevenir antes que denunciar”. Con esta idea, y tras recoger de uno de los coches patrulla varias actas de denuncias, se dirigieron hacia la zona del Recinto Ferial donde tres jóvenes bebían alcohol en las escaleras. Mientras se acercaban a ellos, señalaron los alrededores del recinto y explicaron que “vigilamos que nadie aparque en zonas peatonales, ni en dobles filas ni en la parada de taxis. Tampoco permitimos el acceso a las zonas ajardinadas”. Precisamente, unas horas más tarde, una grúa se llevaría un coche mal aparcado.
Una vez que los agentes llegaron hasta donde estaban los tres jóvenes, el suboficial Vera comprobó que las botellas que tenían contenían alcohol. Una vez comprobado este hecho, el agente procedió a pedir los carnés de identidad y a apuntar los datos en una de las actas, indicando además qué ley habían infringido. “La multa por beber en la vía pública puede llegar hasta los dos millones y medio de pesetas (es decir, 15.024,94 euros)”, indicó.
Los jóvenes intervenidos se disculparon y prometieron no beber en la vía pública, por lo que los agentes decidieron no denunciarles, aunque retuvieron sus datos personales “por si los volvemos a ver otra vez”.
Los agentes explicaron que muchos de los jóvenes responden “con educación” cuando se les reprocha su conducta y se les invita a marcharse. Sin embargo, toda cara tiene una cruz y “a veces, dada su actitud, es inevitable tener que multarles”.
Al aproximarse los agentes, varios grupos de jóvenes recogieron sus bolsas y se fueron rápidamente. Otros ni siquiera se marcharon con las bebidas, dejándolas abandonadas. En cuanto a aquellos despistados que fueron sorprendidos por los agentes policiales no pusieron impedimentos para tirar las bebidas y marcharse. A las dos y media de la madrugada, las zonas de botellón aparecían casi vacías. Según la Policía Local, “otros días a estas horas, esta zona estaba llena de gente bebiendo en la vía pública”.
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