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ARTÍCULOS DE OPINIÓN

SOBRE IX REUNIÓN NACIONAL DE DROGODEPENDENCIAS (2007)

Dr. Juan Pedro Montero de la Bandera.
Médico, Máster en Psiquiatría Legal y Forense por la URV.
Representante legal de la Fundació Font Picant.

Estas consideraciones las realizo con algo de atraso pero creo que vale la pena exponerlas.
En los años que llevamos trabajando en drogodependencias (tóxicofilias sería el término mas aproximado) hemos venido observando cómo la Adminitración Sanitaria Central y las Comunidades Autónomas se han ido dando "bombo" por lo bien que se han realizado las intervenciones desde 1990 en adelante.... Sin más el balance ofrecido en estas páginas la "Valoración de 20 años de acción en drogodependencias desde los Planes Autonómicos y el Plan Nacional” (2007) en las que de escriben dentro de muchas otras cuestiones siempre de éxito:

3: "El aspecto más desarrollado en los últimos veinte años ha sido el terapéutico y el de reinserción social, habiéndose creado un número de recursos suficiente para afrontar la problemática de los tratamientos y la reinserción en todas las comunidades autónomas.

4: Las estructuras donde se sustentan los recursos son lo suficientemente estables como para poder tener continuidad en el tiempo, independientemente de que se integren en otros estratos administrativos o institucionales, siempre y cuando se mantengan los objetivos marcados".

Honestamente me pregunto a qué recursos y estructuras se refieren los expertos de la Adminitración cuando hablan de "número de recursos suficiente y estructuras de sustento suficientemente estables para los tratamientos y la reinserción" cuando quienes venimos trabajando en la Red Pública de Catalunya desde hace casi 25 años desde una perspectiva científico-profesional, nos encontramos que la Administración Autonómica no se ha gastado un Euro en modernizar, cumpliendo las leyes más elementales de obligado cumplimiento para la inmensa mayoría de centros de tratamiento que se extienden a lo largo y ancho de la geografía catalana, sus instalaciones, sus equipamientos y sus equipos asistenciales.

Supongo que ambos apartados 3-4 deben hacer referencia a la "paciencia de los operadores y el voluntariado", porque en otro sentido cabría pensar que se está hablando de otro país. ¿Alguien puede pensar que se está "reinsertando una persona" de 70 k de peso tratada con 180 mg de metadona por día, cuando la dosis extraterapéutica máxima recomendada es de 70 mg? ¿Se puede tener la audacia de decir que estamos "tratando correctamente" a las personas drogodependientes a sustancias legales como ilegales, cuando en España no hace falta comprar nada por Internet, porque los medicamentos más insólitos y adictivos son recetados sin problemas por el Sistema Nacional de Salud?
Me refiero a benzodiacepinas de acción corta y ultra-corta; a la prescripción sin contemplaciones de antidepresivos y otras sustancias psicotrópicas a personas alcohol-cocaína dependientes, sin que medie intervención alguna posible en su entorno y se deje librado el consumo de estos potentes y "adictivos medicamentos" a la "responsabilidad" del enfermo o al de su entorno familiar, por regla general ignorante, porque no existe "el tiempo útil imprescindible" para que el médico de familia pueda instrumentar en mínimos un "Consejo terapéutico Breve".

Absolutamente todas las personas que son asistidas en la Red Pública de Tratamiento para Drogodependencias en Catalunya, acceden a los servicios por consecuencias graves de su enfermedad primaria o "dependencia". Ningún consumidor o consumidora de cocaína y alcohol es asistido ni derivado por la Red Primaria a los centros de Asistencia Especializados por su problema originario. Sólo se reciben enfermos cronificados, con co-morbilidad severa que afecta de manera grave a su Salud, su trabajo, su familia o lo enfrenta con otros problemas sociales tremendos relacionados con los Tribunales de Justicia.

Por "consumo-consumo" en este país no se asiste a nadie. Un alcohólico "compensado" puede pasar decenios de su vida agravando su enfermedad alcohólica crónica sin que absolutamente ningún estamento sanitario se preocupe por él, pese a que es de grueso diagnóstico clínico hasta para principiantes de la enfermería, la medicina y hasta para el despachante de farmacia. ¡Qué decir del trato a las mujeres! En sus consumos "clandestinos" temen de ser detectadas porque saben que para ellas no existe tratamiento alguno o se deberán enfrentar a enormes problemas familiares y laborales.

Luego en los hospitales, donde se realizan desintoxicaciones a modo de "cumplir con un protocolo" y en los que se han reducido las camas para este tipo de tratamientos, se redujeron los tiempos de estancia y en consecuencia, estos esfuerzos profesionales con el gasto sanitario añadido, no ha servido más que para "justificar intervenciones a un mayor número de personas" pero no ha significado una mejoría significativa para el colectivo. Los enfermos opio-dependientes suelen salir de los tratamientos de desintoxicación para regresar al Centro de dispensación de metadona en menos de 48 horas; y los alcohólicos, en plazos similares para la taberna más próxima.

Y entonces me pregunto: ¿Cuál ha sido el "desarrollo terapéutico y para la reinserción social" de los últimos 20 años en materia de adicciones?. Lo que se puede constatar es la progresiva instauración de una cultura de "necesaria sobriedad" de lunes a viernes, con tendencia a la disminución en el consumo de sustancias legales (alcohol, tabaco y anfetaminas) mediada por el desarrollo tecnológico del trabajo y las comunicaciones,(riesgos) lo cual, debido en parte a su complejidad, han determinado un cambio en los patrones de consumo, sólo reservado para las "fiestas en fines de semana"... Por supuesto, estos extremos "excluyen" el consumo regular de cocaína y cafeína.

Este cambio se ha operado en los estratos más jóvenes de la sociedad y se reflejan en la significativa reducción de la siniestralidad en el tráfico, que hoy ha disminuido en los grupos de edad comprendidos entre los 16 y 30 años. Sin embargo, las estadísticas no dicen lo mismo para los grupos con edades mayores, para quienes los mensajes de la Dirección General de Tráfico o los lanzados por las mismísimas Centrales Sindicales, no les resultan ser suficientes para cambiar de hábitos.

Los datos que ofrece de manera periódica el Observatorio Europeo sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas indican que los cambios en los modos de consumo no están en relación a la "intervención preventiva"; y menos "asistencial - reinsertadora" del Pan Nacional sobre Drogas. La mortífera epidemia de Heroína caló en todos los estratos sociales y mientras exista el "boca-oído" y el referente familiar o amigo fallecido o destrozado por el consumo de la misma no habremos de observar - dentro de determinados plazos - otro fenómeno de magnitudes semejantes.

Lamentable, pero cierto es que hoy, en los finales del 2009, el estrato social más vulnerable lo constituye el enfermo mental, que ha sido y cada día más será - por su dependencia de obligada asociación - excluido de los Planes de Tratamiento Psiquiátrico - no hay suficientes psiquiatras en España - y también excluido de los Planes de Tratamiento por su dependencia en razón de su "enajenación".

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