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La crisis invita a 'bajarse al moro'

11 de junio de 2012.-

La crisis invita a 'bajarse al moro'

Las detenciones por transportar hachís aumentaron un 60% el año pasado

La difícil situación que atraviesan muchas familias a causa de la crisis ha llevado a algunos a tomar la decisión de intentar ganar dinero rápido y fácil. En los tres últimos años, las redes dedicadas al contrabando de tabaco y al tráfico de hachís a pequeña escala entre una y otra orilla del Estrecho de Gibraltar han entonado más alto que nunca sus cantos de sirena para reclutar correos humanos. La crisis invita a bajarse al moro, rememorando las aventuras de la película de Fernando Colomo a finales de los años 80.

Las mafias eligen a personas sin antecedentes que eluden la cárcel

Los llamados culeros, vagineras y mulas (traficantes que transportan pequeñas cantidades de hachís en el interior de su organismo), que cruzan a diario el trayecto entre los puertos de Ceuta y Tánger (Marruecos) hasta Algeciras, son ahora más que nunca, llegando casi a duplicar el número de procedimientos judiciales abiertos por este tipo de tráfico de drogas a pequeña escala entre 2010 y 2011.

Según datos de la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar, en 2010 fueron 278 los juicios rápidos celebrados por causas relacionadas con actuaciones de los Cuerpos de Seguridad del Estado por tráfico de estupefacientes “sin grave daño a la salud”, o sea, por el transporte de hachís en una cuantía menor a los 2,5 kilogramos. Esa cifra se incrementa, solo un año después, hasta los 446 procedimientos; lo que supone un 60% más. Y en el primer trimestre de 2012, las detenciones por este motivo superan en casi un centenar las practicadas en el mismo periodo del año anterior. Solo durante el fin de semana del 21 y 22 de abril fueron detenidas 47 personas con pequeñas cantidades de hachís en su organismo en las aduanas de los puertos de Algeciras y Tarifa. La mayoría no tiene antecedentes penales.

El pasado fin de semana hubo 47 detenciones en Tarifa y Algeciras

Emilio Miró, fiscal antidroga del Campo de Gibraltar, asegura que se trata de “personas que realizan el viaje, en la mayoría de las ocasiones, enviadas por un tercero que se encarga de pagarles el transporte una vez realizada la entrega”. “Suelen ser gente sin ingresos que reconoce el delito nada más ser detenidos, porque saben que así reducen un tercio de la pena que se les imponga, por lo que, en su mayoría no entran en prisión”, añade el fiscal. “Los detenidos suelen ser, en su mayoría, españoles y marroquíes, aunque también existe un número importante de portugueses”, aclara Miró.

El trabajo de correos que realizan quienes trafican con pequeñas cantidades de hachís desde el norte de Marruecos no solo conlleva el riesgo de ser detenido. Lo más preocupante en muchos casos es la salud de quienes introducen en su organismo hasta un kilogramo de droga, práctica que pone en jaque la vida del camello.

Francisco Mena, presidente de la Federación de Coordinadoras Contra la Droga Alternativas, del Campo de Gibraltar, califica la actuación de culeros, vagineras y mulas como “una auténtica barbaridad”, ya que estos correos humanos han acabado en varias ocasiones en el hospital. “La crisis está favoreciendo este tipo de tráfico de hachís porque la pena que se impone a los que son descubiertos por la policía no pasa de tres años y, al reconocer el delito, se ve reducida, por lo que las personas sin antecedentes se libran del ingreso en prisión”, explica Mena.

Este hecho provocó, hace dos años, una paradójica situación en el puerto de Algeciras. Según cuenta el presidente del movimiento asociativo contra las drogas, “los agentes aduaneros y miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado detectaron que en el ferry que llegaba cada día a Algeciras desde el puerto marroquí de Tánger, entre las 15.00 y las 16.00, viajaban un importante número de mujeres embarazadas. Además, se percataron de que, a esa hora, se producía el cambio de turno de la ATS que presta su servicio en la aduana y, por tanto, no se realizaban inspecciones con rayos X. Uno de los días, los agentes decidieron trasladar a las supuestas embarazadas hasta el hospital algecireño de Punta Europa, donde se encontraron con más de un centenar de personas que se enfrentaron a los agentes, momento en el que las mujeres aprovecharon para desprenderse de la droga que transportaban”.

“Hay una realidad incontestable”, asegura Mena, “cada vez, es mayor el número de personas, principalmente jóvenes, que deciden arriesgar su vida y su libertad con el objetivo de ganar dinero rápido y de eso se están aprovechando las mafias para las que cada vez es más fácil poder elegir a sus correos”. Es por ello por lo que las coordinadoras contra la droga insisten en la necesidad de atajar de raíz el problema, endureciendo las penas de los narcotraficantes y pidiendo que se cumplan íntegramente.

Fuente: El País