12 de junio de 2012.-
"Lo había probado todo y nada había funcionado. Hasta que unos colegas norteamericanos me hablaron del baclofeno. En 15 días acabe con 17 años de adicción". El que testimonia se ha visto en los dos lados del espejo: médico y paciente, Olivier Ameisen lleva años defendiendo las bondades del baclofeno para tratar el alcoholismo.
Su cruzada empezó hace 10 años, cuando probó por sí mismo los resultados positivos de la sustancia. Este cardiólogo de profesión ha contado su doble experiencia, como sanitario y como paciente, en el libro 'Le dernier verre' (El último trago), que se ha convertido en obra de referencia para los que defienden el baclofeno como remedio para tratar esta dependencia.
Ameisen parte de la base de que el alcoholismo tiene una base neurobiológica. El baclofeno en altas dosis tuvo resultados positivos en ratas dependientes, así que él quiso convertirse en cobaya humana y empezó a administrarse la sustancia (entre 200 y 300 miligramos diarios). “Era la primera vez que no sentía deseo de alcohol en toda mi vida alcohólica”, ha relatado en su libro.
Desde hace 10 años vive abstemio, gracias a la molécula, y desde hace siete lo administra también a sus pacientes. Sus investigaciones se han publicado en revistas como 'Science y Nature, y también imparte conferencias sobre el descubrimiento en Harvard y Rockefeller University. Este año la revista 'Alcohol and Alcoholism' publicó los resultados de un estudio realizado a personas dependientes. El baclofeno fue eficaz en el 58% de los casos, aunque también se documentaron efectos secundarios en su administración, como somnolencia al principio del tratamiento.
Caso por caso
Si las investigaciones de Ameisen hasta ahora eran objeto de debate dentro de la comunidad científica -algunos creen que es un avance terapéutico; otros, que aun no está probado su eficacia en todos los casos- la decisión de la agencia sanitaria supone un respaldo a su tesis. “Aunque aún no se ha demostrado la eficacia en la cura de la dependencia en todos los casos sí hay datos nuevos que demuestran los beneficios del baclofeno en ciertos pacientes”, dice la agencia gala del medicamento.
El organismo advierte sin embargo que su uso debe estudiarse “caso por caso” y las dosis deben adaptarse a cada paciente para garantizar su eficacia. Actualmente el baclofeno es comercializado en forma de comprimidos por el grupo Novartis y como genérico por Sanofi. Este mes de abril la Agencia francesa de seguridad sanitaria (Afssaps) acaba de iniciar un experimento clínico llamado Bacloville. Durante un año se hará un seguimiento a pacientes con alcoholismo para ver los beneficios del baclofeno en su tratamiento.
Fuente: El Mundo Salud