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«Hay que entender que detrás de una botella hay un ser humano»

13 de junio de 2012.-

«Hay que entender que detrás de una botella hay un ser humano»

Luis Manuel Flórez Presidente de Proyecto Hombre Flórez repasa los 25 años de Proyecto Hombre, reciente medalla de oro de la ciudad por su trabajo en la lucha contra la droga

Veinticino años de servicio al prójimo; de trabajo en el tratamiento y la rehabilitación de drogodependientes y de lucha por prevenir adicciones peligrosas entre la población juvenil han tenido premio. Proyecto Hombre recibirá la medalla de oro de la ciudad. Su presidente y alma máter, Luis Manuel Flórez, 'Floro', revela el trabajo que hay detrás, pero sobre todo la «satisfacción» con la que uno lo lleva a cabo.
-Veinticinco años de Proyecto Hombre y de Cespa, siempre ligados.
-Son el soporte jurídico, los encargados de poner en marcha esta aventura de Proyecto Hombre en el año 87. El inicio de todo.
-Merecida medalla de oro
-Muchos lo merecen, pero es un honor para nosotros. Siempre hemos estado comprometidos con el Ayuntamiento y ahora lo estaremos más, también con la ciudad. Hay que destacar la gran colaboración de la Corporación, que ha aceptado nuestras propuestas siempre por unanimidad. Sirve para confirmar que lo que hacemos, merece la pena.
-Más de 8.000 pacientes y de 2.000 rehabilitados. Se dice pronto.
-Un estudio de la Universidad de Oviedo, impulsado por los psicólogos Hermida y Secades, demostró que a los cinco años de finalizar el tratamiento el 90 % no había recaído. El modelo biosicosocial que utilizamos es eficiente, pero la persona es la propia protagonista de su rehabilitación.
-Pero vais más allá de esa rehabilitación...
-El problema no es la sustancia, sino la persona. Vive en una destructuración y hay que facilitar el proceso de cambio. El retorno a la autonomía económica, a la convivencia familiar y social, a las relaciones afectivas. Son momentos duros e importantes, pero muy interesantes.
-Al principio no fue fácil. ¿Por qué existen tantos prejuicios?
-A veces a los adictos se les ha estigmatizado, pero ha habido una evolución importante respecto a la imagen que subyacía en aquellos años. Hay gente que sigue pensando que poner un centro social al lado de su vivienda desprestigia y eso no puede ser. Aquí en Oviedo nunca hemos tenido esos problemas, ni creo que lo seamos para nadie.
-También ha cambiado la demanda. En los 80 predominaba la heroína ¿ahora?
-La cocaína o el acohol, donde lo que preocupa no es el uso sino el abuso. Han cambiado también los hábitos, ya no se ve a gente con jeringuillas en la calle ,o las leyes. Hoy esta gente tiene un importante soporte legal, para lo que ayudó mucho el antiguo fiscal general.
-Habla del alcohol, una droga legal, pero ¿igualmente dañina?
-El alcohol es una droga cultural, que parece que no tiene más trascendencia, pero es falso.
-¿Preocupa la edad a la que se empieza a consumir?
-A los 13 o 14 años es donde hay que situar el inicio del consumo. Las personas están en proceso de maduración, y el daño que puede hacerse es muy importante. Hay que tomarse las cosas más en serio y entender que lo que hay detrás de una botella es un ser humano.
-Se sale de las drogas, pero ¿cómo se hace para no entrar?
-Si tuviesemos la fórmula seríamos millonarios. La prevención tiene que servir para entender que la salud es un bien preciado, de lo que uno se empieza a dar cuenta cuando salen las primeras canas. Hay que desmitificar el mundo de las drogas.
-Aquí en Oviedo existe el Plan de Drogas de Prevención municipal.
-Trabajamos en ello desde los años 90, y últimamente también impulsamos los programas de ocio de los jóvenes. Es un reto.
-Aún queda mucho por hacer, pero ¿cómo han sido estas bodas de plata?
-Hemos cumplido el objetivo de ayudar a las familias, y por ello nos sentimos orgullosos. Supone una puerta abierta a la esperanza, que es renovar la vida. La mejor medalla es encontrarte con gente feliz.

Fuente: EL COMERCIO. es