3 de julio de 2012.-
Preparados, inquietos, con más espacios y opciones de ocio que nunca, pero aburridos. Con el bombardeo de información sobre lo nocivo de las drogas, los jóvenes del yo controlo mantienen, en general, una actitud sana. Sin embargo, la experimentación ante estas sustancias sigue formando parte de sus vidas, tan poco conscientes del riesgo. El alcohol y el tabaco son las puertas de entrada al cannabis. Según los datos del Plan Nacional sobre Drogas, esta droga empieza a consumirse sobre los 14,7 años. Ni siquiera llegan al 2% los jóvenes malagueños que tienen problemas con la droga. "Los adolescentes son sanos, los que sufren adicciones son minoría, aunque es cierto que los que dan guerra son más visibles que antes", dice Juan José Soriano, director en Málaga de Proyecto Hombre. En esta organización tratan actualmente a 246 menores en la provincia, 186 de ellos en la capital.
El 85% tienen problemas de consumo de alcohol y cannabis, principalmente. El resto, acuden a terapia por problemas de conducta o comportamiento dirruptivo. Casi el cien por cien de los jóvenes llega a Proyecto Hombre "forzado por la familia, porque el adolescente no tiene conciencia de tener un problema, ellos siempre dicen "yo controlo", comentan Soriano y Virginia Pérez, técnica en prevención. El perfil de estos menores, que tienen entre 13 y 18 años, no es el mismo que hace décadas. "Ahora el que tiene problemas de adicción está muy normalizado, no se trata de familias desestructuradas ni con problemas económicos, el 95% de los que atendemos son de clase media/alta", afirma el director de Proyecto Hombre.
En las sesiones de tratamiento trabajan con ellos (el 85% son varones) la autoestima y con los padres la recuperación de la autoridad y el establecimiento de normas y límites. "Están sobre un año en terapia, vienen una vez a la semana, y retoman su vida con normalidad", asegura Juan José Soriano y subraya que "si centras al niño en sus estudios, estableces límites, se separa de los amigos consumidores y se abre la comunicación en casa desaparece el consumo". Eso se lo dice la experiencia de más de 15 años trabajando con adolescente. "Si no hay control, no hay límites ni horarios, si manejan el dinero que quieren, si no preguntan como padre dónde y con quién ha estado, es más fácil caer en este tipo de adiciones", considera el director. Y se empieza por las "drogas legales" como el alcohol y el tabaco para continuar con el cannabis, "la puerta de entrada al mundo de las adicciones", destacan desde la organización.
Actualmente, la edad de inicio en el tabaco y el alcohol está en los 13 años y medio. La de cannabis y la cocaína, un año más tarde. "Empiezan fumando porque lo hace su grupo en el lugar de ocio donde se reúnen y no se dan cuenta de que van pasando los años y cada vez necesitan más cantidad para experimentar lo mismo", explica Soriano. Por ello, consideran que la prevención es un factor vital para intentar que se retrase lo máximo posible la edad de inicio.
Proyecto Hombre trabaja con 7.500 escolares de la provincia de Málaga, desde 5º de Primaria hasta 4º de Secundaria. Incluyen también los PCPI, Programas de Cualificación Profesional Inicial. Iniciaron hace 11 años esta labor que intenta "dar recursos a los jóvenes para que se desarrollen de forma sana y tengan herramientas para decir que no, ya que ellos no tienen percepción del riesgo", sostiene Juan José Soriano.
Virginia Pérez tiene reuniones a diario con los tutores de estos grupos. "Los profesores me dicen que sus alumnos hablan de que experimentan con la droga, pero los casos de consumo habitual sueles ser muy concretos", afirma esta técnica en prevención. "La experimentación forma parte del crecimiento personal, el acercarme a lo prohibido es usual en la adolescencia, y nosotros intentamos que no exista pero si lo hacen que sepan decir que no la próxima vez", añade. Entre todos es el nombre del programa que lleva Proyecto Hombre a los centros educativos. Y más que información sobre las sustancias tóxicas, lo que ahora abordan son los factores de riesgo que pueden llevar al menor a consumir y cómo establecer normas en la familia para evitar este tipo de adicciones. "Educamos en valores favorables a la salud", subrayan desde la organización. Pero siempre hay alguien que intentando vivir deprisa termina deshecho antes de los veinte.
Fuente: Málaga Hoy