8 de julio de 2012.-
En el documento, titulado Evidence for gender responsive actions to prevent and manage injuries and substance abuse (Evidencia sobre intervenciones sensibles al género para la prevención y el manejo de accidentes y consumo de sustancias), se ofrece un resumen de la evidencia científica sobre intervenciones eficaces y buenas prácticas para la prevención y manejo de conductas de riesgo y consumo de drogas, en función del contexto de actuación (familia, servicios de salud, escuelas...). Entre estas acciones destacan la detección e intervención temprana en las escuelas y los servicios de salud de los jóvenes consumidores de drogas, el entrenamiento en habilidades para la vida y la formación específica en habilidades de comunicación de padres, profesores y profesionales sanitarios que están en contacto con ellos. Además, los expertos de la OMS aconsejan la puesta en marcha de grupos de terapia para adolescentes consumidores de drogas que tengan en cuenta las necesidades específicas de chicos y chicas, así como la evaluación y el manejo de otras condiciones físicas o psicológicas, principalmente depresión en mujeres, que puedan estar asociadas al consumo de sustancias.
Por otro lado, el texto incluye una sección en la que se detalla el impacto del género en las normas, los valores, el acceso a los servicios de ayuda, etc., respecto al consumo de sustacias y accidentes de los adolescentes europeos, ya que resulta crucial el reconocimiento de las diferencias entre chicos y chicas en lo que respecta a la exposición y vulnerabilidad a conductas de riesgo para el diseño de medidas eficaces en este ámbito.
Según los datos aportados, los adolescentes varones son más propensos, con diferencia, a sufrir muertes violentas por accidentes de tráfico, caídas, ahogamientos, envenenamientos o violencia física, siendo este tipo de accidentes más prevalentes en el rango de edad entre 15 y 19 años. El nivel socioeconómico, además, también parece jugar un papel clave en la vulnerabilidad a este tipo de lesiones, por lo que para los expsertos de la OMS es fundamental considerar tanto el género como el estatus socioeconómico a la hora de elaborar programas de prevención en este ámbito.
En relación con el consumo de sustancias, las diferencias de género son menos pronunciadas, siendo el consumo de alcohol y tabaco elevado para ambos sexos. No obstante, el patrón de consumo varía considerablemente de un país a otro. En el caso de España, por ejemplo, el consumo de alcohol y tabaco es más alto en chicas que en chicos.
A pesar de las diferencias de género que se observan respecto a la vulnerabilidad a sufrir accidentes y al consumo de drogas entre los jóvenes europeos, el texto de la OMS señala que la mayoría de los países europeos no cuentan con políticas ni programas de prevención acordes a estas diferencias. Los autores del informe advierten también que, en líneas generales, se está produciendo un descenso en la edad de inicio del consumo de drogas, por lo que se deben intensificar al máximo las intervenciones que incidan en la prevención.
Fuente: INFOCOP ONLINE