12 de agosto de 2012.-
Así explica la doctora Marta Torrens, coordinadora de grupo de trastornos producidos por la drogadicción del Instituto de Investigación Hospital del Mar (IMIM), el auge de un fenómeno que tiene preocupados a todos los expertos sobre drogas del mundo. Torrens, que es una de las mayores especialistas sobre drogas y adicciones de España, cree que estamos ante un problema importante de salud pública difícil de tratar: “Nadie sabe muy bien el riesgo que tienen. Se parecen a otras drogas, pero no sabemos qué contienen exactamente ni qué se ha utilizado para su síntesis. Hasta que no aparecen casos en urgencias no se puede proceder a su ilegalización”.
Al tratarse de sustancias nuevas, que no son ilegales, se venden en cientos de páginas de InternetSe trata de un fenómeno que crece de forma alarmante: en 2008 se detectaron 12 nuevas sustancias, en 2009 se detectaron 24, en 2010, 41, y en 2011, 49. Torrens asegura que es “un mercado cambiante y muy rápido” y, además, muy difícil de controlar. Al tratarse de sustancias nuevas, que no son ilegales, se venden en cientos de páginas de Internet, –e incluso, en grow shops– bajo nombres en clave y, tal como explica la doctora, “se envían por mensajería normal y corriente”. Los sucedáneos de la cocaína se suelen comercializar como “sales de baño”, protagonistas inesperadas del supuesto "Apocalipsis zombi" de EE.UU, y los del cannabis como “incienso”; pero hay muchas más sustancias con efectos y nombres de todo tipo.
Su consumo, aunque todavía es marginal en comparación a las drogas convencionales, no para de subir. En la última encuesta del Plan Nacional Sobre Drogas, de 2011, el 3,5% de los estudiantes de 14 a 18 años admitió haber consumido, alguna vez en su vida, una o más sustancias de este tipo.
Drogas legales y de fácil acceso
Basta teclear “legal high” (“colocón legal”) en Google para encontrar paginas como Herbalhighs, –que vende a todo el mundo y está disponible en varios idiomas incluido el español– donde en un click puedes acceder, por ejemplo, a un sucedáneo de la cocaína conocido como Jungle dust que, según la página, “es un viaje de ida y vuelta a Colombia en una noche”, a 35€ el gramo más gastos de envío. El catálogo es amplio y está dividido en secciones como “speed legal”, “extasis legal”, “tripis”, “hierbas para fumar” o “estimulantes”. Todo un abanico de drogas sintéticas completamente legales y al alcance de cualquiera.
No se sabe si son peligrosas o no hasta que no aparecen los primeros datos de toxicidadEl trabajo del grupo del IMIM coordinado por la doctora Torrens consiste en detectar estas nuevas sustancias, conocer su composición y comunicárselo al Observatorio Europeo de Drogas que está en contacto permanente con la policía. Pero el proceso es lento. Al fin y al cabo estas drogas sintéticas están formadas por otras sustancias que son legales, y no se pueden ilegalizar a la ligera. “No se sabe si son peligrosas o no hasta que no aparecen los primeros datos de toxicidad”, explica Torrens. “La alarma salta en urgencias, sobre todo en Inglaterra que es donde el fenómeno está más extendido, pero el proceso de ilegalización es más largo que el de creación de nuevas sustancias”.
La realidad es que se han ilegalizado muy pocas drogas de este tipo. La última fue la Mefedrona, un sucedáneo de las anfetaminas que se llegaba a comercializar como extasis. El Psychonaut Research Project, organización de la Unión Europea que busca información en Internet sobre nuevas drogas y del que forma parte el grupo de Torrens, identificó la sustancia por primera vez en 2008, pero no fue ilegalizada en Europa hasta el año pasado.
La última de esta sustancias detectada por el equipo de Torrens, que todavía no se ha logrado ilegalizar y se vende en cientos de páginas web, es la metoxetamina (MXE), una sustancia, similar a la ketamina (un anestésico muy utilizado en la medicina veterinaria, pero ilegal para el consumo humano) con unos efectos más intensos y de mayor duración.
El lugar de creación de las sustancias es un misterio
Tampoco se sabe muy bien de dónde provienen estas drogas. Antes de venderse en páginas web, la información sobre las sustancias aparece en foros de psiconautas, “gourmets de la droga”, tal como les define Torrens, “que cuentan sus experiencias en Internet”. Estos “conocedores del mundo de las drogas” suelen obrar con cuidado, pero las sustancias tarde o temprano acaban llegando al público general, que no tiene ni idea de lo que está tomando. Desde este punto es desde el que se sigue el rastro, pero sigue siendo un misterio cómo consiguen los psiconautas tener acceso a estas sustancias.
“No sabemos bien de dónde salen”, reconoce Torrens, “pues los precursores [los componentes de cada sustancia] son muy habituales para todo tipo de aplicaciones legales. Podrían venir de laboratorios de lugares con reglas menos estrictas como China o la India, pero también podrían hacerse a lado de nuestra casa”.
No se debe tomar aquello que no se conoce, porque hay poca información y puede ser un peligroOtro problema que tiene la investigación de estas sustancias es acceder a las mismas y, sobre todo, conocer sus efectos. Algunos equipos de investigación, cuenta Torrens, realizan compras piloto de incógnito para acceder a las sustancias pero, en cualquier caso, ningún científico las prueba. También se analizan sustancias recogidas en las raves (fiestas de música electrónica dónde es habitual el consumo de todo tipo de drogas) y festivales, por iniciativas como la de Energy Control, un programa de la ONG Asociación Bienestar y Desarrollo que da información sanitaria a los consumidores sobre lo que están tomando.
Precisamente, una de las labores del grupo de Torrens es informar de estas sustancias, para alertar a los consumidores, sin ningún tipo de juicio moral, sobre lo que están tomando. La información más actualizada sobre este tipo de sustancias se recoge en la página del RedNet Research Project, un proyecto financiado por la Comisión Europea, en el que también participa el grupo del IMIM.
Torrens insiste en que “no se debe tomar aquello que no se conoce, porque hay poca información y puede ser un peligro”. Y, si aún así se es tan inconsciente, la doctora pide que no se tome este tipo de sustancias estando solo: “Al menos que alguien del grupo no lo consuma, para que haya una vía de salida. Alguien que pueda llevar a la gente a urgencias si es necesario”.
Fuente: El Confidencial