17 de agosto de 2012.-
Cada hora nace un bebé adicto a los analgésicos en Estados Unidos. Este dato, publicado en la revista The Journal of America Medical Association -primer estudio elaborado acerca de este problema-, ha alertado de esta problemática a políticos, médicos y especialistas. En 2009, en este país, nacieron cerca de 13.500 bebés con síndrome de abstinencia, patología causada fundamentalmente por un abuso de opiáceos -por ejemplo metadona, morfina o codeína- por parte de sus madres. “No es que el bebé sea un adicto sino que su cuerpo necesita la sustancia”, ha explicado el doctor Mark Brown, jefe de pediatría de uno de los principales hospitales de Maine, al diario USAToday.
"De acuerdo con esta investigación, el número de recién nacidos que nacen adictos a los medicamentos recetados, especialmente opioides como la oxicodona, se ha triplicado en la última década. De cada mil niños natos en el año 2009, alrededor de 3,4 eran adictos a los analgésicos", ha dicho el senador por Nueva York, Chuck Schumer, en una conferencia de prensa esta semana.
Los bebés con abstinencia presentan temblores, escalofríos, lloros, problemas del sueño, vómitos, fiebre e irritabilidad. En muchos casos, estos recién nacidos están siendo tratados con pequeñas dosis de morfina o metadona con el fin de que poco a poco disminuya su abstinencia. A pesar de que los expertos están preocupados de los posibles efectos que este método puede tener cuando los bebés crezcan, otros aseguran que es mejor este tipo de tratamiento que nada: “Cortar por lo sano podría provocar problemas muy graves, incluso la muerte”.
Entre las razones fundamentales del crecimiento alarmante de recién nacidos con síndrome de abstinencia está el hecho de que en la última década se ha producido un aumento de las recetas de analgésicos en EE UU. Un 20% de los norteamericanos tomó alguna pastilla sin prescripción médica en el año 2009, según datos del Instituto Nacional de Drogas del pasado mes de enero. Además, las prescripciones médicas de opiáceos han crecido en diez años de 76 a 210 millones y las de estimulantes de cinco a 45 millones, según el mismo organismo.
Normalmente, estos neonatos permanecen semanas e incluso meses en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales, “hasta que el médico está seguro de que el bebé está estable”, ha dicho Brown. Un hecho que, para muchos expertos, está desequilibrando el sistema de salud estadounidense. Según el mismo estudio del The Journal of the American Medical Association, el coste total del tratamiento y cuidado de estos bebés en 2009 fue de 720 millones de dólares mientras que en el año 2000 fue de unos 190 millones de dólares.
Schumer ha hecho un llamamiento al Gobierno federal de EE UU para tomar medidas y estabilizar este “problema patente en nuestra sociedad”, según ha explicado en la misma rueda de prensa que recogió la cadena televisiva NBC. También ha sugerido que se añada en los prospectos de estas medicinas información sobre el peligro que tiene su uso para la mujeres embarazadas y ha enfatizado la necesidad de educar a los médicos para que detecten los primeros síntomas de abuso.
“Este fenómeno se está convirtiendo en una epidemia, en una ola monstruosa que crece y crece”, ha asegurado el doctor David Chaffin, médico pediatra, a la misma cadena. “Las pacientes embarazadas no son conscientes del peligro que corren cuando abusan de los analgésicos y, es más, se vuelven adictas de forma accidental. Y la realidad es que cuando una madre consume, el bebé tiene los mismos síntomas que ella”, ha concluido.
Fuente: El País