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La 'maría' se mete en harina

11 de septiembre de 2012.-

La 'maría' se mete en harina

Bizcochos, galletas y hasta tallarines condimentados con cannabis, una forma cada vez más extendida de consumir esta droga


Taza y media de harina, 200 gramos de mantequilla, dos tazas de azúcar, cuatro huevos, cuatro tazas de cacao, una taza de nueces picadas, vainilla y una pizca de sal. Ah, y 4,5 gramos de marihuana. La mezcla y el posterior horneado da como resultado un brownie de marihuana. Ojo, para nueve personas. Un postre similar a este fue la causa del positivo del judoca Nicholas Delpopolo, diploma olímpico en los Juegos de Londres y luego descalificado por dopaje. «Mi resultado positivo fue causado por el consumo accidental de un alimento que no me di cuenta había sido horneado con marihuana», se justificó.
«La marihuana no potencia la musculatura ni mejora el rendimiento deportivo», asegura Jaime Prats, redactor de la revista Cáñamo. En realidad, el caso de Delpopolo no forma parte de ninguna técnica nueva de dopaje, sino únicamente del consumo lúdico de esta droga. Vamos, que ese brownie tuvo efectos. Son muchos los que no pueden resistirse a probar una de las variadas recetas de repostería condimentadas con cannabis. Pasteles, tartas, bizcochos y hasta trufas. Una deliciosa oferta cada vez extensa y demandada en fiestas. El secreto de la elaboración de estos productos está en la mantequilla, donde se mezcla con la marihuana y sirve como base para cualquier postre.
Los riesgos
Sin embargo, los expertos recuerdan que la ingesta de estos productos implica un riesgo importante para la salud porque el cannabis permanece en el cuerpo y se acumula, mientras que al fumar la tradicional 'maría' es expulsado. En caso de sobredosis se producen taquicardias y problemas respiratorios. Esto fue lo que le ocurrió a unos jóvenes durante el festival de Pardiñas este verano tras comer las 'galletas de la risa' que vendía una vecina de Negueira de Muñiz (Galicia). La Guardia Civil la detuvo este lunes acusada de un delito contra la salud pública al comprobar que sus dulces contenían marihuana .
Pero esta gastronomía también tiene otra cara más seria. El consumo con finalidad terapéutica, una práctica cada vez más demandada. Las tiendas que venden este producto aseguran que cada vez más personas solicitan recetas que contengan marihuana para calmar dolores, por ejemplo, tras recibir quimioterapia. En estos casos las dosis que se introducen en los bizcochos o pasteles son muy pequeñas, únicamente para mitigar el dolor.
La gastronomía del cannabis está en plena expansión. No se limita a los dulces y ya se atreve con cualquier otro plato del menú. Por ejemplo unos tallarines, donde a la citada mantequilla o la harina se le añaden 150 o 200 gramos de esta droga. Pero las últimas innovaciones en degustación pasan por los licores: la marihuana se exprime hasta licuarla y mezclarla con otras bebidas como la leche. Eso sí, renunciando al color blanco por un verde algo menos atractivo.

Fuente: Diario Vasco