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Artículos de prensa

Baja el consumo de drogas en la cárcel de Pamplona

Diario: Diario de Navarra

Fecha: 03/02/2002

Palabras clave: Drogas, Cárcel, Pamplona

Tema: Drogas

Baja el consumo de drogas en la cárcel de Pamplona

DDN. PAMPLONALas tasas de infección de VIH y hepatitis, así como los casos de sobredosis y el consumo de drogas inyectadas en la cárcel de Pamplona han disminuido tras la puesta en marcha hace tres años del Programa de Intercambio de Jeringuillas (PIJ). El programa se puso en marcha en noviembre de 1998 con objeto de prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas entre los internos que consumían droga inyectada.


El balance es favorable, según un estudio realizado por el Instituto de Salud Pública y la Universidad Pública de Navarra. El trabajo destaca que, además de disminuir el consumo de drogas inyectadas, el resto de programas de tratamiento de drogodependientes y reinserción social aplicados en la prisión (metadona o tratamientos libres de drogas, entre otros) han ganado nuevos usuarios.

Entre noviembre de 1998 y octubre de 2002, un total de 71 presos participantes en el PIJ han sido derivados a estos otros programas de desintoxicación y reinserción social. La dispensación del material inyectable y el control del programa corre a cargo del propio servicio médico de la prisión, que cuenta con la colaboración de la ONG Sare.

Entre noviembre de 1998 y octubre de 2001 se han dispensado 4.428 kits antisida (material de inyección y preservativo). Una vez utilizados, se han devuelto a los servicios sanitarios el 94,1%, un porcentaje más elevado que el 75% previsto antes de la aplicación del programa.

Cada día se realizan una media de cinco transacciones de kits sanitarios y la media mensual de usuarios del PIJ, que aumentó conforme pasaba el tiempo, es de 33 reclusos.

Además, en tres años sólo se han reseñado 31 partes de incumplimiento leve del PIJ, en casi todos los casos porque los reclusos tenían consigo más de una jeringuilla.

Los servicios médicos de la prisión destacan que "en tres años ha disminuido drásticamente el número de abscesos cutáneos, de sobredosis y de contagios de VIH y hepatitis, mejorando notablemente la salud de los reclusos usuarios de drogas inyectadas".

Sin embargo, también han observado algunas carencias del PIJ, ya que no se eliminaban prácticas de riesgo como compartir filtro o la cuchara que se emplea en los preparativos de la inyección.

El estudio destaca que el programa de intercambio de jeringuillas, con un coste de unos 18.030 euros (tres millones de pesetas), se debe en gran parte a la colaboración y apoyo recibido por parte de los funcionarios de prisiones, las ONGs y los propios reclusos.

El documento también pone el acento en la alta eficiencia del programa en términos de coste-eficacia, ya que el gasto anual del PIJ se compensa tan sólo con evitar que dos personas se contagien el VIH cada año ya que el gasto farmacológico que estos reclusos acarrearían anualmente sumaría unos 24.040 euros (cerca de 4 millones de pesetas).