Diario: El País
Fecha: 13/02/2002
Palabras clave: Botellón, Menores, Sancionar
Tema: Alcohol
LA OFENSIVA CONTRA EL 'BOTELLÓN'
El Gobierno se fija en el modelo de EE UU para sancionar a los menores que beban alcohol
La ley estadounidense prohíbe el consumo en la calle y lo veta totalmente a los menores de 21 años
R. M. DE RITUERTO / P. MARCOS | Chicago / Madrid
El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, aseguró ayer que las medidas de 'reeducación' implantadas en EE UU para reducir el consumo de alcohol entre menores han tenido 'un considerable éxito' y que él defiende importar ese modelo de sanción 'disuasoria con medidas de carácter educativo'. Por ejemplo, si un joven conduce bebido se le podrá multar con trabajos en un centro de tetrapléjicos por accidente de tráfico. Y si rompe una papelera en un botellón, tendría que ayudar a limpiar la acera.
En EE UU la ley prohíbe tocar el alcohol a todo menor de 21 años, como también beber en la calle a los mayores de edad. En miles de localidades rigen estrictas normas contra su consumo y es muy fácil encontrarse con restaurantes que no sirven bebidas alcohólicas. Estas restricciones en la hostelería tienen carácter fiscal (el propietario se ahorra la tasa por la venta de bebidas alcohólicas), aunque en no pocos casos la propiedad es comprensiva y permite al cliente adquirir la bebida que desee en una tienda vecina. Esa botella comprada en la tienda de al lado sólo puede ser transportada al restaurante en una bolsa opaca, de modo que no se vea su contenido.
Beber en la calle está prohibido y penalizado con multas que varían de una localidad a otra. Sólo se ve beber en la calle a vagabundos alcohólicos, que en todo caso evitan hacerlo de forma flagrante. Ya en el colegio, los niños reciben clases de Sanidad en las que, bajo ese título genérico, se les informa lo mismo sobre sexualidad que sobre los peligros del consumo de drogas, incluidos el tabaco y el alcohol.
Los menores de 21 años tienen prohibido el consumo de alcohol, pero tampoco nadie menor de esa edad puede vender o poseer alcohol. Si la cajera de un supermercado no tiene al menos 21 años, debe llamar a una persona mayor cuando el cliente se presenta con un paquete de cervezas o una botella de vino para que facture la compra. En caso de duda sobre la edad del consumidor, el dependiente debe solicitar un documento de identidad que pruebe que el cliente ha alcanzado el límite legal. Un local que venda alcohol a menores no sólo será multado sino que puede llegar a ser clausurado y, en algunos Estados, el propietario puede ser condenado a prisión.
A pesar de la educación, la propaganda y la presión social, los menores sucumben a la tentación de lo prohibido. Estadísticas de la Oficina para la Política Nacional sobre el Control de Drogas indican que en 1996, el 45% de los colegiales de entre 11 y 13 años habían probado el alcohol en el año previo, porcentaje que ascendía hasta el 71% en edades comprendidas entre los 14 y los 17 años. Beber en la Universidad es una práctica generalizada y la policía que vigila los campus no da abasto para contener el consumo.
En los coches no se puede llevar botellas o latas de alcohol abiertas. La violación de esta norma puede llevar a la detención de todos los ocupantes. Un posterior juicio decidirá la sanción. La normativa sobre el consumo de alcohol tiene variantes estatales, de condado y locales. En algunas localidades, la policía puede multar a un menor incluso por beber en propiedad privada. Los agentes actúan en estos casos si tienen motivos fundados de que se está perpetrando tal ilegalidad, como, por ejemplo, ver a menores beber o recibir la denuncia de un vecino. Según el tipo de falta en la que se haya visto implicado un menor que ha bebido, las sanciones pueden llegar hasta los mil dólares de multa (1.135 euros o 189.000 pesetas) y 100 horas de servicios sociales.