Diario: The Ecotimes
Fecha: 01/03/2002
Palabras clave: Drogodependientes, Hepatología, UCA
Tema: Drogas
C.Valenciana.- El Servicio de Hepatologia del Clínico examina cada año a más de 100 drogodependientes
SALUD
El Servicio de Hepatología del Hospital Clínico de Valencia
realiza anualmente una exploración médica para detectar posibles
enfermedades hepáticas a más de 100 nuevos casos anuales de
drogodependencia, que son remitidos a este hospital desde diferentes
Unidades de Conductas Adictivas (UCA) de la ciudad, según informaron
fuentes de la Generalitat.
Este servicio, pionero en el estudio de enfermedades hepáticas
relacionadas con el consumo de alcohol y con el de drogas por vía
parenteral, ha atendido a más de 3.000 drogodependientes desde que
inició su actividad.
Los riesgos que comportan las prácticas de estos pacientes hacen
necesario la realización de un examen médico para descartar posibles
infecciones por virus de hepatitis (VH) B, C y D y aplicarles
tratamiento terapéutico en el caso de detectarse.
A lo largo de estos años, la incidencia de la infección por VHB en
estos grupos ha ido disminuyendo progresivamente y ha desaparecido la
infección de VHD. En cambio, la prevalencia de infección de VHC en
estos pacientes se mantiene constante.
Asimismo, en aquellos casos en los que el paciente no ha entrado
en contacto con el virus de la hepatitis B se aplica un programa de
vacunación para prevenir la adquisición de esta enfermedad en estos
grupos con prácticas de riesgo. Este ha sido un factor que sin duda
ha contribuido a la disminución de la prevalencia de la VHB en este
grupo.
Con la realización de este cribaje, el Servicio de Hepatología del
Hospital Clínico ha formado una seroteca o fondo catalogado de
muestras de sangre de pacientes Adictos a la Droga por vía Parenteral
(ADVP).
El almacenamiento de estas muestras sirve y ha servido de base
para la realización de estudios tales como el que publicó la unidad
demostrando la elevada prevalencia de infecciones por VIH en
pacientes ADVP, o el que demostró la alta incidencia (un 70 por cien
en 1990) entre estos pacientes de infección crónica por el virus de
la hepatitis B, según las mismas fuentes.