Diario: Las Provincias
Fecha: 03/03/2002
Palabras clave: Droga Intervenida, Comunidad Valenciana
Tema: Drogas
La droga intervenida en la Comunidad Valenciana se cuadruplica en el último año
Las Fuerzas de Seguridad aprehendieron 47 toneladas de estupefacientes en 2001
La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía intervinieron durante el año pasado en la Comunidad Valenciana 47 toneladas de droga, cuatro veces más que a lo largo de 2000, pese a que los narcotraficantes no dejan de idear métodos de ocultación de las sustancias estupefacientes para eludir los controles policiales.
JAVIER MARTÍNEZ (VALENCIA)
La Policía de la ciudad portuguesa de Faro creía que lo había visto todo en materia de ocultación de droga hasta que descubrió el escondite elegido por un narcotraficante de un país africano: el prepucio. Sólo una minuciosa revisión del pene del sospechoso permitió a los agentes descubrir dónde llevaba el individuo cerca de 50 dosis de heroína.
Pero ésta no es la única parte del cuerpo donde los correos ocultan las sustancias estupefacientes para eludir los controles policiales. La vagina, el estómago, la boca, los senos -con implantes de cocaína líquida- y el recto son otros de los escondites humanos utilizados por los bandas internacionales de narcotraficantes.
La historia reciente de la lucha contra el tráfico de drogas en la Comunidad Valenciana está llena de ejemplos de sorprendentes ideas de camellos para que las sustancias estupefacientes no fueran detectadas, pero también de éxitos policiales que han situado al puerto de Valencia y la autopista A-7 en los primeros lugares de la clasificación de las vías donde más droga se interviene.
La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía aprehendieron 47 toneladas de droga durante el año 2001 -frente a los 11.954 kilos de sustancias estupefacientes que intervinieron en 2000- en distintas operaciones que tuvieron lugar en Valencia, Alicante y Castellón, lo que supone un incremento de un 398 por ciento, según datos facilitados por la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana.
127 toneladas en cinco años
Las Fuerzas de Seguridad del Estado se han incautado de 127 toneladas de droga en los últimos cinco años en la Comunidad Valenciana. 1998 y 2001 fueron los dos años en los que la Benemérita y la Policía aprehendieron más sustancias estupefacientes, 37 y 47 toneladas respectivamente.
Pero estas cifras astronómicas son sólo la punta del iceberg porque otros muchos cargamentos de droga fueron distribuidos por la Comunidad Valenciana o pasaron por la A-7 o el puerto -con destino a otras ciudades de España y países de Europa- sin que fueran detectados por los agentes antidroga.
Y es que los narcotraficantes cada vez utilizan métodos más sofisticados para burlar los controles policiales y de vigilancia aduanera, como lo demuestra algunos de los sistemas descubiertos en los últimos años tras laboriosas investigaciones.
El 27 de agosto de 2000, la Policía Nacional se incautó de 205 kilos de cocaína en una nave industrial de Monserrat. La droga estaba pefectamente camuflada en el interior de los marcos de 154 puertas con cristales blindados. De hecho, el cargamento pasó los controles aduaneros y la cocaína no fue descubierta hasta que los agentes antidroga partieron con una sierra radial las estructuras metálicas.
Los policías estaban convencidos de que la sustancia estupefaciente se hallaba oculta en las puertas, pero no por la inspección ocular que realizaban en ese preciso momento, sino por las investigaciones que habían llevado a cabo durante tres meses. Todo apuntaba a que tenían un gran alijo de droga delante de sus ojos, pero el método de ocultación era tan perfecto que los agentes tardaron bastante tiempo en descubrirlo. Además, los narcotraficantes contaron con cierta maquinaria e infraestructura industrial para preparar el envío desde Venezuela. El plan fue casi perfecto.
Otro sistema que resulta muy difícil de detectar es el de la cocaína líquida. El 5 de diciembre de 2000, la Policía detuvo en el aeropuerto de Barajas a José Emilio L. L., de 42 años, y su novia María Sandra M. G., de 27 años, como presuntos autores de un delito contra la salud pública. La pareja portaba una maleta con ropa impregnada de cocaína y un bolso de mano con dos tetra-bricks de vino, que también contenían la misma sustancia estupefaciente disuelta. José Emilio y María Sandra procedían de Brasil y tenían pensado emprender viaje a Valencia en el momento en que fueron arrestados.
El día también importa
Pero algunas veces tan importante es el método de ocultación como el día elegido para introducir la droga por el mar o un puesto fronterizo. Así, una banda de narcotraficantes aprovechó la noche de San Juan de 2001 para desembarcar hachís en una playa cercana a Gandía y un correo eligió para cruzar la frontera una tarde que la selección española de fútbol jugaba un partido decisivo. Los primeros se mezclaron con el gentío y consiguieron su propósito, pero el segundo fue detenido. El agente que prestaba servicio en la aduana no era futbolero y, por ende, no estaba pegado a la tele y decidió registrar a fondo el coche del sospechoso.