Diario: La Gaceta de los Negocios
Fecha: 08/03/2002
Palabras clave: Droga, Jóvenes, Producción, Tráfico
Tema: Drogas
La droga mata
Era bien sabido que la droga mata, sin necesidad de sucesos luctuosos como la muerte de dos jóvenes en el Palacio Municipal de Deportes de Málaga. Esa triste realidad justifica las medidas penalizadoras de la producción y del tráfico. Al contrario, no es lógico concluir del reciente suceso, como hace un editorial de El País, la conveniencia de políticas liberalizadoras. Sería igual que proponer facilitar aún más la compra de armas tras masacres como las de Littleton, Colorado, hace apenas tres años.
De hecho, acaba de publicarse el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), órgano independiente encargado de vigilar el cumplimiento de los tratados de la ONU sobre tráfico de drogas. Y no es casual que acuse a los países desarrollados de ceder al permisivismo, sin respetar el derecho internacional vigente.
Fiestas como la de Málaga no pueden ser toleradas por el ordenamiento jurídico, al menos a la luz de los compromisos internacionales adquiridos por España. Basta pensar que, en su informe, la JIFE se refiere a una iniciativa sin especial malicia, como los coffee shops: señala que, aunque su número ha descendido, estos establecimientos son incompatibles con las disposiciones de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes, ratificada por 175 Estados.
Las autoridades no pueden seguir escondiendo la cabeza bajo el ala. El drama de la droga - del que lo sucedido en Málaga es la punta del iceberg, a juicio del presidente de la Sociedad Española de Toxicomanías- deriva de una acumulación de negligencias, faltas de control y corrupciones. Muchos padres han dimitido de sus responsabilidades familiares y sociales. Pero esto no puede justificar las políticas permisivas, salvo que se desee llevar a la sociedad al derrumbadero.