Diario: El Mundo
Fecha: 19/03/2002
Palabras clave: Marihuana, Consumo
Tema: Cannabis
Marihuana a la española; droga legal a solas e ilegal en compañía
RAFAEL J. ALVAREZ
MADRID. En España, el consumo privado de cannabis no está penalizado. Pero quienes fuman marihuana en público o la tienen «de forma ilícita, aunque no esté destinada al tráfico» pueden ser multados entre 50.000 y 500.000 pesetas.
El Código Penal español no incluye al cannabis entre las drogas que «causan grave daño a la salud», por lo que la pena para quienes lo «cultivan, elaboran, trafican o facilitan su consumo» oscila entre uno y tres años de prisión y una multa del doble del valor de la droga incautada.
O sea, en este país es legal consumir a escondidas una sustancia ilegal, un viejo trabalenguas jurídico y social que mucha gente quiere desenredar de una vez.
El cannabis es la droga no legal más usada por los españoles...casi uno de cada tres dice haberla probado en alguna ocasión y uno de cada cinco jóvenes menores de 18 años la toma habitualmente.Estirando más del hilo, 280.000 ciudadanos en España fuman esta sustancia todos los días.
Pero, lo legal o ilegal no es todo el problema. El cannabis es una planta con cuya resina, hojas y flores se elabora marihuana y hachis. Forma parte de la cultura de muchos países asiáticos y africanos y en Europa fue reintroducido a mediados del siglo XIX por intelectuales como Baudelaire y Delacroix, que llegaron a formar el Club des haschischiens. Después, el movimiento hippy lo integró en su cultura como elemento recreativo.
Para los médicos británicos, los efectos de la marihuana son similares a los de los tranquilizantes, los antidepresivos o los anabolizantes y hormonas que usan algunos deportistas. Por eso han pedido que el cannabis ocupe el escalón de las drogas menos duras, que abandone el calabozo de otras más dañinas.
Otras ideas
El Plan Nacional sobre Drogas no piensa igual. Entre los riesgos de un consumo diario, habla de reacciones de pánico y ansiedad.Lo más profundo tiene que ver con el «entorpecimiento de funciones superiores relacionadas con el aprendizaje, la concentración y la memoria».
También duda el Plan de que bajo los efectos del cannabis se puedan ejercer tareas complejas que requieran «lucidez mental o coordinación psicomotora». Hace meses, el grupo por la normalización del cannabis presentó en el Congreso de los Diputados un informe estadístico, farmacológico y social sobre el uso de esta droga.
Mientras desgranaba las diapositivas ante 30 diputados, uno de los ponentes aclaró que el estudio que «sus señorías» veían había sido elaborado «bajo los devastadores efectos del cannabis».
El catedrático de bioquímica de la Universidad Complutense Manuel Guzmán investiga desde hace varios años los efectos terapéuticos de los cannabinoides.
Guzmán diferencia entre el uso lúdico y el médico. «No digo que el porro sea sano, pero sí digo que la marihuana es menos peligrosa que el alcohol. Evidentemente, los efectos del cannabis están más en la categoría de las sustancias blandas que en las de otras, aunque estén legalizadas. Pero despenalizar o no es una cuestión política. Desde la ciencia, el cánnabis no se puede comparar a otras drogas».
Este investigador afirma que el THC, uno de los principios activos del cannabis, es terapéutico en algunos pacientes. «En Inglaterra son más adelantados en esto. Hay fármacos basados en el THC y nadie se lleva las manos a la cabeza. Por eso, no me extraña y comparto la decisión de esos médicos ingleses».
Manuel Guzmán participa en uno de los dos ensayos clínicos aprobados en España para investigar las propiedades terapéuticas del cannabis.«Están autorizados, pero aún no ha comenzado ninguno».