Diario: El Mundo
Fecha: 13/01/2002
Palabras clave: Drogas, Alcohol, Harry, Clínica
Tema: Alcohol
Los problemas del Príncipe Harry con el alcohol y las drogas
El hijo menor de Carlos de Inglaterra estuvo en una clínica de rehabilitación del sur de Londres
IRENE HDEZ. VELASCO / Corresponsal
LONDRES.- Ocurre hasta en las mejores familias. El príncipe Harry, de 17 años, el hijo pequeño de Carlos de Inglaterra y de Diana de Gales, ha tenido problemas con el alcohol y el cannabis.Hasta tal punto que un buen día, y a fin de darle una lección, su padre le envío a una clínica de rehabilitación de heroinómanos del sur de Londres, para que viera con sus propios ojos a dónde le podían conducir las drogas.
La noticia, destapada por el rotativo News of the World y confirmada anoche por Palacio de St. James, ha desencadenado una enorme conmoción en el Reino Unido. «Es un asunto muy serio que se ha resuelto en familia, ahora pertenece al pasado y está cerrado», indicaba un portavoz del Príncipe Carlos.
Fue durante el pasado verano cuando el príncipe de Gales comenzó a sospechar que algo iba mal con el menor de sus hijos. Hasta que un día le llegaron noticias de que Harry, que por aquel entonces tenía 16 años, había tomado drogas durante una fiesta secreta en su casa de Highgrove.
Con mucha calma y evitando recurrir a los gritos, el padre confrontó al hijo, exigiéndole la verdad. Y fue en ese momento cuando Harry confesó haber fumado porros en varias ocasiones en los últimos dos meses y haber bebido más de la cuenta tanto en fiestas como en el pub Rattlebone Inn, en Sherston. Carlos comentó entonces la situación con Guillermo, su hijo mayor. Y finalmente, y con el objetivo de alejar a Harry del vicio, el príncipe Carlos optó por mostrarle al adolescente la cara más oscura de la drogadicción.Para ello, Harry fue enviado a las sesiones de terapia que reciben los heroinómanos y cocainómanos en la clínica de rehabilitación Featherstone Lodge, en Peckham, al sur de Londres.
Y parece ser que el método ha dado resultado. Cuentan que, tras escuchar el descenso a los infiernos de los drogadictos, tras oír de sus labios cómo comenzaron fumando porros y luego dieron el salto a otras sustancias, Harry se quedó enormemente impresionado.
«De vuelta a casa, Harry, el príncipe Carlos y Guillermo hablaron y hablaron y hablaron sobre el asunto», indicaban al News of the World fuentes del Palacio de St. James. «Desde entonces, no ha vuelto a tomar drogas».
Buena prueba del final feliz que parece haber tenido la historia es que el príncipe Carlos no haya tratado de impedir que se airearan los devaneos de Harry con el alcohol y los canutos. «No hay por qué ocultarlo. Los hechos son los hechos: dejemos que la gente juzgue por si misma», dicen que dijo ayer el heredero al trono al enterarse de que el News of the World se disponía a sacar a la luz la historia.