Diario: El Día
Fecha: 08/10/2002
Palabras clave: Alcohol, Consumo, Bebés, Nacimiento
Tema: Alcohol
VÍCTIMAS del alcohol
Pediatras de La Candelaria advierten de que el consumo excesivo de alcohol es uno de los principales factores que contribuyen al nacimiento de bebés con malformaciones congénitas, detectadas en dos cada cien recién nacidos de las Islas.
El consumo excesivo de alcohol es uno de los principales factores que contribuyen al nacimiento de niños con malformaciones congénitas, así como el abuso de otras drogas, las alteraciones nutricionales y los factores culturales, como la escasa vigilancia de los embarazos, los matrimonios entre parientes y la marginalidad, informó ayer la Consejería de Sanidad y Consumo del Gobierno de Canarias en una nota de Prensa en la indica que dos de cada cien bebés canarios padecen alguna de estas malformaciones.
El Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, centro dependiente del citado departamento, realiza un seguimiento anual de casi mil pacientes con malformaciones congénitas y sus múltiples patologías, a cargo de los doctores Rosario Duque y Santiago López, especialistas de la Unidad de Dismorfología del Departamento de Pediatría, adscrita a Neurología Infantil.
Según estos especialistas, el que un embarazo se pueda interrumpir tras un diagnóstico prenatal ha influido en la disminución de la incidencia de las malformaciones congénitas, como se refleja en el descenso de los nacimientos de niños con síndrome de Down en madres de más de 35 años. Además, ha descendido el índice de defectos congénitos de tipo neural.
En cuanto al consumo de alcohol durante la gestación, los pediatras de La Candelaria advierten de que genera el síndrome alcohólico fetal, que produce anomalías craneoencefálicas, defectos cardíacos, malformaciones en el sistema nervioso central, bajo peso y, en general, retraso en el desarrollo, una importante relación de elementos negativos que hace necesario limitar este factor de riesgo para reducir aún más los casos de malformaciones congénitas.
En ese sentido, la detección precoz de cualquier problema en el feto durante el embarazo es vital, de ahí que una de las principales recomendaciones que reciben las gestantes es el consumo de ácido fólico, que reduce los casos de espina bífida u otros defectos.
Aclara que la malformación congénita es una alteración en la forma o parte de un órgano, mientras que el síndrome es un conjunto de malformaciones congénitas que obedecen todas a una causa determinada.
A partir de los años 60 se disparó el estudio de las malformaciones congénitas, después de que la ingesta de talidomida, un antidepresivo consumido en países del Norte de Europa, provocara unos seis mil casos de niños con problemas en las extremidades y anomalías de oído.