9 de mayo de 2011.-
El proyecto, financiado por la Comisión Europea con seis millones de euros y que arrancó el pasado enero, tiene como objetivo impulsar la cooperación, colaboración y coordinación entre los responsables de la lucha contra las drogas a ambas orillas del Atlántico.
Este nuevo proyecto pretende "compartir las buenas prácticas, las experiencias positivas de los países, tanto de la UE hacia América Latina, como a la inversa, y que nos puedan servir para ir trabajando en los dos ámbitos fundamentales en materia de drogas, en la oferta y en la demanda", explicó a Efe Nuria Espí, delegada del Gobierno de España para el Plan Nacional sobre Drogas.
Entre los objetivos de COPOLAD destacan los de coordinar las Agencias Nacionales de Drogas y los Observatorios de Drogas, así como impulsar la creación de un diálogo birregional sobre políticas de drogas, tanto en la lucha contra el narcotráfico como en la rehabilitación de los drogodependientes.
Además de la lucha trasnacional contra el narcotráfico y el blanqueo de capitales, se hace especial hincapié en las políticas de prevención del consumo, de reducción del daño y de reinserción de las personas adictas a las drogas, explicó Espí "Nosotros afirmamos y defendemos con mucha potencia la política de reducción de daños. El drogadicto no es un delincuente sino que es un enfermo que tiene que tener un tratamiento, y desde luego hemos de trabajar desde la prevención para evitar esto", explicó.
La responsable española subrayó que el proyecto ha sido muy bien recibido en Latinoamérica y que existe un "compromiso potentísimo" por parte de los seis países socios: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay.
Espí destacó que los demás países del área también pueden formar parte, y que Estados "que en su momento no han formado parte porque no han presentado un convenio, van a entrar en la dinámica de la participación".
Por parte de los seis socios latinoamericanos en el proyecto habló hoy el uruguayo Milton Romani, secretario general de la Junta Nacional de Drogas de la nación sudamericana, que destacó la posibilidad de "observar la experiencia europea adaptándola a la situación de vulnerabilidad social" de América Latina.
"El común denominador que tenemos en América Latina es la vulnerabilidad que proviene de la exclusión social y cultural. América Latina sigue teniendo un 32 % de la población por debajo de la línea de pobreza, y más de un 13 % está en la indigencia", explicó.
"Solucionar el problema de las drogas significa también la inclusión social", subrayó, e "inclusión social significa también reducción de daños".
"América Latina no necesita incrementar más el factor militar o represivo" en relación con las drogas, concluyó Romani.
La denominada estrategia de "reducción de daños", avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE), ofrece un enfoque orientado más al tratamiento y reinserción que a la persecución del drogadicto.
Fuente: Terra